Acoso en el paraíso: la historia contada por la joven que denunció abuso sexual por el alcalde de Chipaque
Hace cuatro meses una joven ingeniera ambiental hizo una grave denuncia por presunto abuso sexual contra su jefe, el exalcalde de Chipaque. Este es su relato.
Una ingeniera ambiental bogotana está en el centro de una grave denuncia por presunto abuso sexual contra su jefe, exalcalde de un municipio de Cundinamarca. La oportunidad que pensó que había encontrado para ejercer su carrera se convirtió, de acuerdo con su testimonio, en una lucha para eludir el asedio del mandatario local hasta que ya no pudo darle manejo. Yuri Castellanos García relata qué fue lo que ocurrió:
Chipaque es un pueblo de Cundinamarca, muy cerca de Bogotá, donde la tierra es generosa para cultivos como la papa y las hierbas aromáticas. Un buen lugar para ejercer la ingeniería ambiental. Yuri creyó que había conseguido una buena oportunidad profesional. Se la ofreció el alcalde Camilo Albeiro Pardo Muñoz en la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria, la Umata.
“Me vinculó a la administración municipal, a la Alcaldía de Chipaque, el día 14 de octubre del 2022 formalmente como la profesional ambiental de la Oficina de Desarrollo Agropecuario”, recuerda Yuri.
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El alcalde Pardo Muñoz fue cercano a la familia de Yuri desde la primera campaña que hizo para la Alcaldía y que ganó en 2011. Todos son oriundos del municipio.
“Cuando se lanzó a su primer Alcaldía buscó de pronto a las personas más influyentes del municipio de Chipaque para empezar a escalonar, a conocerse y nosotros le dimos el respaldo político para que él pudiera llegar a ese ascenso político un poco más fácil”, asegura Duván Camilo Castellanos, hermano de la víctima.
La excompañera y amiga de Yuri, la ingeniera agrónoma Andrea Baquero, recuerda entusiasmo que mostraba en su trabajo. “Se quería comer el mundo y también quería aportar el conocimiento que tiene y sobre todo el trabajo a la comunidad porque, como siempre lo dijimos, esta oficina es la oficina de la gente”.
Cinco meses después, ante la ausencia de la titular el mandatario le ofreció a Yuri la jefatura de la oficina, ella aceptó pensando que se abrían aún más las puertas para el ejercicio de su carrera.
Con su discurso él convencía. Tenía un discurso de adulto mayor, de mujer, de niñez
Empezaron los mensajes y comentarios que hicieron sentir a Yuri intimidada
Sin embargo, empezó a ocurrir algo muy ajeno a la relación de trabajo. “Uno empieza a notar que lo mira uno de manera diferente, o estaba en una reunión y escriba -estás muy hermosa, eres muy linda, me gustas, me encantas- (…) a pesar de que me ponía muy roja y me daba miedo, yo sí le expresaba y le ponía a mí mi punto de vista. Le decía, tienes una esposa divina y te pones con estas cosas, no me cabe en la cabeza. Respondía que lo superara o se me burlaba, simplemente”.
Yuri vivía entre el gusto por cumplir bien con sus funciones y el temor a quien llegó a ver como un líder. Lo ilustra con lo que pasó antes y después de organizar una feria. “Nos empezamos a unir más en el sentido de que en el ámbito profesional él me decía: te falta tal convenio, no tienes listo eso, presión va presión viene. Cuando salieron bien las cosas en ese evento empieza a decirme: eres muy hermosa, me gustas, me encantas y yo, más allá de que le dijera algo, quedo frenada, quedó intimidada. Me da miedo”.
Su amiga, señala que a manera de consejo le decía que manejara el tema porque se le podía salir de las manos. “Cuando ponía el límite, o las veces que puso límite, pues él no le firmaba documentos (…) Era una situación muy compleja que siempre le tuvo que dar como el manejo y a veces hasta pues agachar la cabeza y hacerse como la que no pasa nada, pero era muy difícil”.
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El empeño de la joven ingeniera ambiental por ganar brillo, como profesional le ganó al temor. No vio claras algunas señales como la de noviembre pasado cuando ella y el alcalde viajaron a Bogotá por asuntos de trabajo.
"Cuando veníamos en el en el trayecto él me decía que él quería sentar atrás conmigo y yo le dije que no, yo estoy bien. Entonces en un momento él se baja en un punto que es una vereda que se llama Alto de la Cruz y le pide el conductor que se baje. Me pide ahí en ese momento un beso me dice y yo le dije que no, que me quería bajar”.
“Nunca llegué a dimensionar que me llegara a pasar esto”
Lo que perdió una semana antes de cumplir 25, años de acuerdo con su denuncia, fue mucho más que la dignidad. Todo desembocó en algo impensable algo que define como las peores horas de su vida o el ‘paseo de la muerte’.
“Tengo un dolor profundo de que me arrancaron algo que no va a volver y que acá quedaron mis sueños profesionales (…) No recuerdo qué fue lo que pasó ni que me estaban haciendo, nada”. Asegura que nunca vio a su jefe, el alcalde de Chipaque, como un peligro, pues aparte de su confianza, se había ganado la de toda su familia.
En la tarde del 13 de diciembre de 2023, Yuri Castellanos buscó con insistencia a su jefe, el alcalde de Chipaque para que le firmara unos documentos. “Me escribe dónde estás y yo le dije, acá en la oficina como siempre. Me dice, bueno, y envía a su conductor a recogerme".
Pasadas las 6:00 p.m. llegó a un parador muy conocido en el pueblo donde el mandatario estaba reunido con amigos, concejales y algunas personas del gabinete. “Ingreso al establecimiento, saludo a cada una de las personas. La última persona, porque era una mesa pegada a la pared, era él como alcalde. Cuando lo saludo, me dice – ven, siéntate acá-. Yo requería la firma de él como líder municipal”.
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Pardo le firmó los papeles y le pidió quedarse a comer, pero las cosas se pusieron tensas cuando empezaron a repartir trago. Primero una secretaria y después él.
Nunca me sentí en ese riesgo de decir no lo voy a hacer, simplemente tomé uno y ya
"Cuando empezó a embutirme el trago me sentí en riesgo y él no paraba (...) Me sentía contra las cuerdas para salir o en cualquier momento del evento tenía que pedirle permiso, muchas veces me decía sí o me decía no, quédese ahí. Tenía hasta autoridad en esos momentos”.
Yuri trató de evitar los efectos del licor con algunos pasabocas y mucha agua, pero eso no valió. Afirma que le quitaron la botella de agua, luego comió y recuerda hasta el momento en que pidieron otra caja de aguardiente.
Ya muy tarde se marcharon, algunos entraron a la camioneta del alcalde, a la que también subió Yuri en muy malas condiciones. "Lo que me acuerdo es que antes de subir a la camioneta me golpeó muy fuerte en las piernas, eso me hace volver en si y quien me está levantando es un compañero, ahí empieza mi tortura. Inicia un trayecto, dejan a cada uno de los integrantes con los que estábamos menos a mí".
A la única persona y a la única mujer que no dejan en su hogar es a mí
Yuri relata la noche de su "paseo de la muerte"
Lo que define como su tortura ocurrió entre esa noche y la madrugada del 14 de diciembre en la vieja carretera a Bogotá, al parecer, todo dentro de la camioneta.
“Cuando yo vuelvo a recuperar el conocimiento es cuando nos encontramos sobre la vía, yo ya tenía el sostén desacomodado, la blusa completamente abierta, el pantalón, yo estaba notando que me estaba haciendo algo, pero vuelven y me ingresan a la camioneta y empieza todo un paseo de la muerte para mí. De Chipaque a Bogotá. Ninguna persona actuó primero, por como estaban. Segundo, porque desde el miedo es una persona que de un solo grito te deja sentado”.
Mucho antes de que amaneciera regresaron de Bogotá a Chipaque y la dejaron en casa de una mujer del gabinete y no donde Yuri vivía con su hermano.
“Llegué a la casa ingreso al baño y no paraba de sangrar, solo temblaba porque hasta ese momento, aunque sabía lo que había pasado no dimensionaba qué tan grave era (...) Empecé a llorar, a cuestionarme mucho, a Dios, a la vida. Por qué me había pasado esto, sentía un dolor profundo"
Sentía que me había fallado y me había decepcionado a mí misma
Cuando estaba a punto de ir por ayuda de urgencia, la joven escuchó algo que la llenó de miedo. Se lo dijo la funcionaria que la recibió esa madrugada: “Me dice – menos mal que tú no vas a denunciar, que no vas a decir nada, porque yo creo que él te violó-”.
"Tenía miedo de que me silenciaran, de que me dejaran encerrada, de que me trataran de callar de alguna manera".
Yuri llamó al conductor de la camioneta para pedirle información. “Por favor dime qué fue lo que pasó conmigo. No me decía. Me decía - no, nada tranquila ¿qué pasó?- Te voy a decir la verdad, estoy sangrando, ustedes qué me hicieron y me dijo no, nada. Me negaba todo”.
Ese mismo día la joven pidió ayuda a una prima y a un amigo para acudir a un centro asistencial en Bogotá, lejos del pueblo. “Me ingresan, toman mi caso como prioritario y yo les digo que me abusaron. Me empiezan a tomar los exámenes, los signos vitales y me dicen -efectivamente te abusaron-. Me confirmaron como un código blanco”.
Ya hospitalizada y aún en shock, le llegó una serie inesperada de mensajes del hoy exalcalde de Chipaque Camilo Pardo Muñoz. “Me decía que le había encantado lo de anoche cuando yo sinceramente no recuerdo nada de ese evento ni qué fue lo que pasó. Yo no recuerdo absolutamente nada y me hablaba con esa sevicia de lo que él había hecho. Yo le decía Dios, dame sabiduría para para poder afrontar porque yo la quería tratar tan mal, pero me dio miedo. Dije, tengo que ser inteligente y sacarle la información de lo que él me hizo.
Él mismo me confirma lo que me hizo
Casi al tiempo, siguiendo la ruta indicada por el hospital, Yuri hizo la denuncia. Cuando se divulgó el caso hubo una marcha en Chipaque para respaldarla, en víspera de Navidad. Un gesto que también reconfortó a la familia.
Por esos mismos días hubo eco a su denuncia en medios como Noticias RCN y después buscó a la socióloga Juana Afanador, de La Mesa Ancha.
“Tuvimos una conversación por Whatsapp más privada y quedé muy impactada con su historia, con la forma que había pasado, con el abuso de poder que hubo, con el dolor de esta víctima (...) “Es muy fácil caer en la revictimización, si no tenemos las herramientas y no conocemos cómo se debe acompañar y cómo se debe seguir un caso de estos. Entonces a las víctimas que acompañarlas, darles la voz hasta donde se sientan capaces”, señala Juana.
Yuri había ocultado el rostro, pero se quitó el velo para este reportaje. “Tú pierdes tu identidad como mujer, no reconoces quién eras, qué quieres hacer, ya no te proyectas tanto como antes”.
El exalcalde de Chipaque no aceptó cargos y dice que tiene pruebas de su inocencia
Conocida la denuncia, Camilo Pardo Muñoz negó el abuso y habló de una relación consensuada. Tras la audiencia de imputación, el 28 de febrero, Noticias RCN le pidió una entrevista pero respondió a través de un comunicado que dice, entre otros: “Tenemos las pruebas físicas y científicas que demuestran mi inocencia y refutable en donde queda en evidencia que la relación extramatrimonial que sostuve por un corto periodo con la señora Castellanos siempre fue consensuada"
(...) que jamás se cometió ningún abuso
En la misma línea de defensa, uno de sus abogados advirtió: “Tomaremos todas y cada una de las acciones pertinentes para garantizar su reputación, su honra, toda vez que contamos con evidencia física, prueba documental y prueba científica que demuestran y ratifican su inocencia”.
Mientras el caso avanza en manos de un juez, a Yuri le cuesta recobrar lo que fue. “Siempre fui una niña muy feliz, carismática con personalidad, me consideraba una mujer muy exitosa, proyectada, que quería estudiar, que quería salir del país”.
Sin embargo, de momento no piensa en proyectos porque solo tiene una idea fija: “quiero ser redimida por medio de que este señor vaya a la cárcel y se haga justicia”.