Secretaría de Salud determinará los elementos que afectan la salud mental de los estudiantes: alcalde Galán

El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, se pronunció frente a esta delicada situación que viven los residentes de medicina, luego de que la estudiante Catalina Gutiérrez Zuluaga se quitara la vida.

Al respecto, el mandatario anunció medidas desde la Secretaría de Salud, para esclarecer lo ocurrido con la joven. Además, la entidad será la encargada de analizar los elementos que han surgido a raíz de este hecho y que pueden llegar a afectar la salud mental de los estudiantes de la capital.

Desde la Secretaría de Salud se emitió un comunicado lamentando la muerte de la joven, quien era residente de Cirugía de la Universidad Javeriana.

El Distrito también hizo un llamado a las instituciones para promover entornos saludables y priorizar la salud mental de los jóvenes en formación. Asimismo, se anunció la instalación de mesas de trabajo con las decanaturas y las direcciones de bienestar, con el fin de revisar las acciones que se llevan a cabo en pro de la salud de los estudiantes.

Estudiante de medicina se quitó la vida

Las autoridades están investigando la muerte de una joven estudiante de Medicina, que se encontraba haciendo sus prácticas en el área de cirugía en una clínica al norte de Bogotá.

De acuerdo con lo que se sabe, habría dejado una carta a sus compañeros, en la que escribió: “a todos los residentes, gracias, de cada uno me llevo muchas enseñanzas y siempre los llevaré en mi corazón. Ustedes pueden, ánimo”.

Alerta por la salud mental de los estudiantes

Un estudio conocido recientemente reveló que uno de cada cuatro estudiantes de medicina padece enfermedades mentales desencadenadas por las constantes presiones y situaciones relacionadas con el acoso laboral.

Leonel Vega, expresidente de la Asociación Nacional de Residentes, aseguró que aunque la ley establece un máximo de 66 horas semanales para los residentes, hay hospitales que los castigan haciéndolos trabajar jornadas más extensas.

Agregó que en algunos casos los estudiantes pueden llegar a hacer hasta 90 o 100 horas a la semana.
Incluso dijo que hay residentes a quienes ni siquiera se les permite comer, lo que se suma a ambientes de maltrato, horarios desmedidos y comentarios ridiculizantes delante de los pacientes.