Armando Benedetti y sus posibilidades en la Corte Suprema: el silencio como blindaje
El exembajador y su abogado, David Benavides, deberán enfrentarse de nuevo a la Corte Suprema. El ajedrez judicial se juega sobre lava hirviendo.
Noticias RCN
05:31 p. m.
“El gato solo tiene 7 vidas”, fue lo que le dijo una fuente que conoce de primera mano el caso del exembajador Armando Benedetti a Noticias RCN digital. No se trata solo de un expediente, sino de varios. La Fiscalía comunicó este martes 25 de julio que regresaba a la Sala de Instrucción de la Corte Suprema cuatro investigaciones tras la salida de Benedetti como embajador ante Venezuela, lo que significa la pérdida de su fuero.
La primera investigación, con la que iniciaba el comunicado de la Fiscalía, es la de enriquecimiento ilícito. Esta es la más avanzada en contra del exembajador y exjefe de debate de campaña del presidente Gustavo Petro.
Benedetti, quien inició su carrera como periodista y luego hizo una transición a la política por el legado de su padre, tuvo que presentarse ante la Corte en una diligencia de indagatoria a responder por el origen de varios de sus bienes. Especialmente un apartamento en Bogotá, una propiedad en Puerto Colombia y varias transferencias que hizo al extranjero mientras era congresista. Para la Corte resultó curioso que Benedetti dijo nunca haber “pisado” la sede de un banco, porque todos los trámites los hacía su equipo de asesores, algo que no tenía que ver con las funciones de su Unidad de Trabajo Legislativo.
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"Doctora, Laura Sarabia me ayuda a manejar mi plata"
Allí por primera vez Benedetti habló de Laura Sarabia. Le dijo explícitamente a la magistrada que lleva su caso que Sarabia era la persona que manejaba su plata. Esto ocurrió mientras el exembajador era congresista y no se imaginaba, o quizás sí, que iba a terminar de jefe de debate de Gustavo Petro en la campaña a la Presidencia; designado diplomático ante Venezuela luego de ganar las elecciones; y mucho menos que Sarabia, su mano derecha, sería la jefe de gabinete del mandatario, pasaría a convertirse en su enemiga política y que podría llevarlo contra las cuerdas por sus propios excesos.
La segunda investigación es la de financiación irregular en la campaña que coordinó políticamente. Sin embargo, es poco probable que esa investigación continúe en la Corte porque los hechos ocurrieron mientras Benedetti no era congresista ni embajador, por lo tanto, no tenía ningún fuero penal.
Varias fuentes consultadas le dijeron a este noticiero que para ese caso es probable que la Corte decida simplemente regresarlo a la Fiscalía ante la ausencia de competencia. En ese escenario, la Fiscalía seguiría investigando las acciones de Benedetti, del jefe financiero de la campaña, Ricardo Roa, hoy presidente de Ecopetrol, y otros terceros. Cualquier investigación sobre el presidente Gustavo Petro, únicamente puede ser desarrollada por la Comisión de Acusaciones de la Cámara, en la que nunca ha habido alguna consecuencia para un jefe de Estado.
La investigación de Fonade y los otros casos
En el caso por los hechos de Fonade, que se convirtió en fortín político de Musa Besayle y otros congresistas de Córdoba durante el Gobierno Santos, la Corte también podría llamar a Benedetti a indagatoria porque la investigación se encuentra adelantada. Allí se evalúa si hubo algún tráfico de influencias para direccionar contratos o cargos en favor del exembajador.
Hay otra investigación que inició recientemente por la posible compra de votos en Maicao, La Guajira, para la elección de Benedetti como congresista en 2018. Esa indagación hasta ahora está empezando. Allí está vinculado en unas grabaciones el 'hombre Marlboro', Santa Lopesierra, quien fue condenado en Estados Unidos hace varios años y quiere ser alcalde de ese municipio en las elecciones de octubre. Lopesierra habría sido uno de los hombres que le entregó dinero a Nicolás Petro para la campaña de su padre, sin que este llegara a su destino, según la exesposa de Petro junior, Day Vásquez.
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El duelo en la Corte Suprema
Aunque Benedetti se salvó de que la Fiscalía decidiera acusarlo en la investigación de enriquecimiento ilícito, algo que pudo haber hecho el jefe de fiscales delegados ante la Corte, Gabriel Jaimes; en el tribunal las cosas no están fáciles.
Desde el caso del expresidente Álvaro Uribe hay una controversia entre el magistrado César Reyes y la magistrada Cristina Lombana. Esta última inició la investigación contra el expresidente, pero rápidamente la Sala de Instrucción se la quitó por una recusación que fue resuelta por Reyes. Con el tiempo, Reyes se convirtió en el gran investigador del caso y terminó definiendo la primera medida de aseguramiento contra un presidente que se conoce en Colombia. En un texto de más de mil páginas, el magistrado argumentó que Uribe debía estar en casa por cárcel mientras se definía su condición e iba a juicio. Uribe renunció y su expediente pasó a la Fiscalía, que tendrá que resolverlo próximamente luego de que un juez negó por segunda vez la solicitud de archivo.
Reyes y Lombana han protagonizado un enfrentamiento en la Sala que ha generado divisiones internas y toda una amalgama de argumentos jurídicos en favor y en contra de los procesos. El problema es que para la toma de decisiones judiciales, la sala y todos sus magistrados tienen que votar colectivamente y, algunos procesos, como el de la senadora Piedad Córdoba, se están quedando relegados y expuestos al vencimiento de términos.
El paso siguiente es que Reyes decida sobre una última recusación de la defensa de Benedetti contra Lombana. Reyes se tardó en decidir cuando fue radicado y el caso terminó sin decisiones de la Corte en la Fiscalía, que ahora lo regresa. Si el magistrado de la Corte decide demorarse nuevamente resolviendo esa recusación, el Gobierno podría nombrar a Benedetti en otro cargo diplomático, algo que se ha rumorado bastante en los últimos días, el ex embajador volvería a tener fuero, y los expedientes tendrían que volver a la Fiscalía en un círculo interminable.
En cualquier caso, la partida del ajedrez judicial de Benedetti se juega sobre lava hirviendo y parece que su escudo es el del silencio, que ya anunció al Consejo Nacional Electoral y a la propia Fiscalía. El mismo que decidió romper hace meses, cuando en un tono amenazante le pedía cargos en el Gobierno a Sarabia y hablaba de la financiación de 15.000 millones de pesos en el Atlántico, con un origen presuntamente irregular.
“Nos caemos todos y se cae el mundo. (…) lee qué pasó en el proceso 8.000”, le dijo a su exasesora y examiga, como un preludio de lo que podía pasar con sus revelaciones. La pregunta es, ¿cuántas vidas tiene Armando Benedetti y de cuántas caídas puede pararse sin que nada le pase, ni al Gobierno que ayudó a elegir?