Así fue el protocolo para bajar a cubierta a galletero del Buque Gloria afectado por vientos del Mediterráneo
El cadete Juan Ramírez, quien fue galletero al salir de Italia, vivió momentos de incertidumbre por los vientos del Mediterráneo. Así fue el protocolo de los contramaestres para volver a cubierta.
Noticias RCN
03:44 p. m.
Mientras el Buque Gloria salía de Civitavecchia, en Italia, hubo un fuerte movimiento debido a los vientos. Esto produjo que el galletero, que estaba haciendo la maniobra de zarpe a 40 metros de altura, tuviera que ser ayudado a bajar por cuatro contramaestres.
Esto ocurrió cuando el cadete Juan Ramírez estaba viviendo un sueño, despidiéndose de de Italia por lo alto, en la galleta del palo trinquete. Con una vista envidiable, disfrutó de cada minuto por alto, pero cuando todo parecía terminar, el mar Mediterráneo lo sorprendió.
Los fuertes vientos que entraban por la bahía hicieron que el buque se moviera un poco más fuerte, por lo que a él le tocó volver a asegurarse para esperar bajar de allí cuando las condiciones lo permitieran.
“No tenía miedo, pero sí estaba bien pesado el tema de las condiciones marítimas”, aseguró Ramírez.
Al tiempo, el grupo de contramaestres del Gloria activó su protocolo, una maniobra en la que son expertos, pues es más habitual de lo que se cree. Cuatro hombres subieron a lo más alto del buque para tener el control de la situación y ayudar a bajar al cadete Ramírez.
Así fue la maniobra de los contramaestres
Con ellos en la galleta, el cadete Ramírez recuperó la confianza y hasta disfrutó la maniobra. Estaba asegurado por todas partes y nada le podía pasar.
“Ya estando allá arriba se asegura al hombre en la parte de atrás con un gancho de seguridad y los otros rebenques de seguridad. Posterior, van tres hombres: uno en la parte superior, uno en la parte inferior y una persona al frente al lado contrario de él y lo va guiando por dónde debe ir asegurándose cada vez que da un paso”, relató el sargento segundo Edson Ortiz, contramaestre.
Aunque la maniobra tardó porque cada paso que daban debía ser meticulosamente cuidado, el cadete y sus cuatro compañeros llegaron a cubierta sin problemas.
“Iba a comenzar a bajar cuando comenzó eso, me mareé. Tuve que esperar para para asegurarme”, dijo el cadete.
Una experiencia más que el cadete Ramírez escribe en la historia de su formación como marino de Colombia y que recordará como el día que venció los miedos a 40 metros de altura mientras surcaba a sus 19 años los mares del mundo.