A los padres los mataron y a los hijos los quieren callar: Colombia revive su historia más oscura
Revelación de audios en poder de Noticias RCN confirmaron un plan criminal para asesinar a Carlos Fernando Galán.
Colombia vive nuevamente un clima de alarma tras conocerse que Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, habría sido el objetivo de un plan para asesinarlo.
La revelación hecha por Noticias RCN, incluía audios que forman parte de una investigación en curso y que confirman la existencia de una estructura criminal que planeaba atentar contra la vida del mandatario distrital.
Esta información se conoce en paralelo con las pesquisas por el atentado que hace pocos días casi le cuesta la vida al senador Miguel Uribe Turbay, en Bogotá.
Ambos líderes tienen algo en común: son hijos de víctimas de magnicidios en Colombia, y ambos hoy se enfrentan a amenazas similares.
¿Colombia revivirá su historia más oscura?
Los ecos de los años más oscuros del país vuelven a sentirse. La revelación de un plan para atentar contra el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha provocado conmoción nacional y ha reabierto una discusión sobre el debilitamiento de la democracia, el aumento de la violencia política y la falta de respuestas claras desde el Estado.
Según reveló Noticias RCN, los audios que comprometen a los responsables del plan criminal ya están en manos de las autoridades. Lo más alarmante es que en la planeación de este crimen se habría involucrado a un menor de 13 años.
La noticia estalla mientras aún está fresca la indignación por el atentado contra Miguel Uribe, jefe de la oposición en el Senado. La similitud entre ambos casos, Galán y Uribe, hijos de líderes políticos asesinados, encendió las alarmas y llevó a analistas a preguntarse si Colombia está viviendo una reedición de la persecución violenta contra quienes ejercen liderazgo político.
En La Mesa Ancha de Noticias RCN, el analista Fernando Posada advirtió que este intento de atentado representa una “gravísima amenaza contra los derechos democráticos” y cuestionó las garantías reales que tienen los ciudadanos y dirigentes políticos a un año de las elecciones.
Posada también destacó el contraste entre la reacción del alcalde Galán, quien expresó su confianza en las instituciones, y la respuesta del presidente Gustavo Petro tras el atentado contra Miguel Uribe, donde desvió la atención con declaraciones personales, imprecisas y sin respaldo institucional.
Julio Iglesias, también panelista del programa, fue más directo:
La democracia está bajo ataque sistemático. Ya no es exagerado decirlo así. Por un lado, actores criminales usan las armas para intimidar a la oposición, y por otro, el gobierno guarda silencio o incluso lanza ataques verbales contra la prensa y la oposición.
Iglesias hizo referencia a las recientes declaraciones de líderes del partido de gobierno, como Saade, quien ha llamado a censurar a medios de comunicación, y criticó al presidente por no pronunciarse sobre la amenaza contra Galán mientras sigue centrado en temas personales.
¿Dónde está la capacidad del Estado para anticiparse a estos ataques?
Uno de los puntos más debatidos durante la emisión fue la aparente ausencia de estrategia de inteligencia del Estado para prevenir estos hechos. ¿Dónde está la inteligencia? ¿Dónde está la capacidad del Estado para anticiparse a estos ataques?
Las coincidencias no dejan de ser inquietantes. Tanto Galán como Uribe son figuras que, desde diferentes orillas, han hecho oposición al gobierno actual. Además, son herederos de dos de los nombres más emblemáticos en la historia de la violencia política colombiana.
"Es esto casualidad o hay una intencionalidad que conecta estos hechos?”, preguntó uno de los analistas, recordando que los magnicidios del pasado respondían también a intereses por silenciar voces y frenar reformas o procesos incómodos para el crimen organizado.
Fernando Posada fue enfático en señalar que hace 20 o 30 años, pese a los episodios violentos, el Estado defendía el derecho a la oposición y promovía el respeto por la participación política.
Hoy, dice, se vive un escenario muy distinto, con un gobierno que, en sus discursos, alimenta la polarización y no asume el liderazgo en la protección institucional.
Hace menos de dos meses, el presidente desenvainó una espada en la Plaza de Bolívar y dijo que había que borrar a la oposición de la historia. Hoy, dos meses después, el jefe de la oposición en el Senado sufrió un atentado y el alcalde de Bogotá está en la mira.
Finalmente, lo que está en juego, según los analistas, es la posibilidad misma de que en Colombia se pueda hacer política sin temor, sin amenazas, sin armas de por medio.