Brote de paludismo y dengue en Chocó enciende las alarmas sanitarias
Decenas de chocoanos han sido diagnosticados con paludismo y dengue, peligrosas enfermedades que no han sido tratadas y que han aumentado significativamente su contagio.
Noticias RCN
09:12 p. m.
La crisis humanitaria en Chocó está lejos de terminar. A las zonas rurales de varios municipios la ayuda humanitaria no llega a las comunidades, y ya no hay alimentos, combustible y la falta de medicinas.
Esta dolorosa situación ha aumentado los brotes de paludismo y dengue en Chocó. Los pacientes con estas enfermedades no han tenido atención médica y menos aún un tratamiento que aumenta las posibilidades de contagio.
Los chocoanos no solo se enfrentaron al confinamiento y a la falta de alimentos, sino que también al padecimiento de este brote en condiciones deplorables.
Alerta por brote de paludismo y dengue en Chocó
Luis Murillo, defensor del Pueblo en Chocó, aseguró que 160 personas de una comunidad padecen de paludismo.
Tras el levantamiento del paro armado en Chocó le hacemos el llamado a el Gobierno Nacional para que implemente medidas de atención en salud que permita hacerle frente a un brote de paludismo en esta región. 160 integrantes de la comunidad la Lerma, en el municipio del Medio San Juan, fueron diagnosticados con la enfermedad.
Asimismo, Jeison Cabezón, gobernador indígena de la comunidad Lerma, indicó que el brote se está propagando cada vez más: están cayendo más, nosotros estamos muy preocupados para que urgentemente venga la brigada acá a nuestro territorio porque la cosa está muy dura en el tema de salud”.
Amenaza latente del ELN en Chocó
La amenaza del ELN mantiene atemorizadas y confinadas a las poblaciones de Chocó.
"De la misma manera hay restricciones porque aún los docentes no han entrado a territorio, ni todo lo que tiene que ver con educación, a pesar de que ellos han manifestado esa situación, no hay realmente garantías”, explicó Julio Balanta, defensor del Pueblo a nivel nacional.
La iglesia pide una salida de fondo para acabar con estos hechos de violencia que siempre dejan desprotegidos a los civiles.
“Que estos grupos y el Gobierno Nacional tengan una auténtica voluntad de paz no podemos engendrar la paz con promesas que no se cumplen, que finalmente no traen sino más angustia y más dolor”, dijo Mario de Jesús Álvarez, obispo de la diócesis de Istmina Tadó.
Mientras tanto, las poblaciones rurales esperan la llegada de la ayuda humanitaria.