Casi una década después: ¿se hará justicia en el caso del joven grafitero Diego Felipe Becerra?
En los próximos días, un juez de Paloquemao emitirá la sentencia contra las diez personas vinculadas al proceso.
Noticias RCN
07:22 p. m.
Nueve años y seis meses pasaron para que un juez de conocimiento terminara la audiencia del juicio oral que juzga a diez personas acusados por la Fiscalía General de la Nación de modificar la escena, donde, apareció muerto el grafitero Diego Felipe Becerra, en el norte de Bogotá.
El ente de control, en los alegatos de conclusión, pidió una pena máxima de 35 años de prisión para tres coroneles retirados de la Policía, un teniente retirado, dos subintendentes, un abogado y dos testigos del proceso.
En contexto: Inicia juicio por manipulación de la escena del crimen del grafitero Diego Becerra
Los delitos están relacionados con el ocultamiento, alteración o destrucción de material probatorio, falsedad ideológica, fabricación y porte de armas de fuego y fraude procesal.
Para el fiscal especializado que lleva el proceso, hace unos nueve años, es claro que cada persona vinculada al proceso por la alteración de la escena del crimen cumplió un rol o una tarea específica para engañar y confundir a la justicia.
Los hechos a los que se refiere el caso ocurrieron el pasado 19 de agosto de 2011, cuando el grafitero Diego Felipe Becerra, estaba en el puente de la Avenida Suba con calle 116, en el noroccidente de Bogotá, pintando algunos dibujos con aerosoles junto con dos amigos, cuando fueron sorprendidos por un patrullero de la Policía.
El agente les hizo una señal para que los tres jóvenes se quedaran en el sitio y no ejecutarán alguna acción indiscriminada.
El patrullero Wilmer Alarcón, les ordenó a los jóvenes que mostrarán sus bolsos donde llevaban algunas pinturas o aerosoles que habían utilizado para pintar el puente referido, pero, en una reacción imprevista, el menor Diego Felipe Becerra, salió corriendo desobedeciendo la orden policial y tomó rumbo por una calle para escapar del lugar.
Le puede interesar: "Ya te dije que voy a ir. No te preocupes": Ana María Castro a su mamá
Alarcón, según la Fiscalía, corrió detrás del menor para capturarlo y al tenerlo a pocos metros le disparo con su arma de dotación por la espalda cayendo el joven herido de muerte.
La Fiscalía revisó detalladamente la escena de los hechos con inspecciones judiciales y la recopilación de testigos determinando que este hecho fue un homicidio agravado. Para los investigadores hubo una modificación de pruebas cuando fue muerto el grafitero.
Los oficiales, suboficiales y particulares idearon un plan criminal para ocultar la verdad: colocaron una pistola en el sitio de los acontecimientos para hacer creer que el menor estaba armado y por eso intentó fugarse.
La teoría del ente investigador fue corroborada al hallar un detalle determinante: una vez muerto el joven grafitero apareció una denuncia en un CAI, en el sur de Bogotá, el conductor de un bus urbano atestiguó que un joven intentó asaltarlo confidencialmente en el mismo sitio donde fue muerto Diego Felipe Becerra.
Para la Fiscalía, esta denuncia por el posible hurto de un bus, fue un sofisma y una falsedad para aparentar un robo. Por eso el conductor del bus y su esposa están vinculados al proceso por falsa denuncia.
Lea además: En libertad ladrones que habían sido capturados con ayuda de concejal en Bogotá
En los próximos días, un juez de Paloquemao emitirá la sentencia contra las diez personas vinculadas al proceso.
Por su parte, el agente de la Policía Wilmer Alarcón fue condenado a 37 años de prisión, pero el día en que el juez emitió el sentido del fallo, el uniformado huyó sin dejar un solo rastro.
Paco Morales - NoticiasRCN.com