Desplazados en Catatumbo viven con el miedo de que puedan sacarlos de los refugios
Desde hace seis meses, las familias llegaron a los refugios producto de la violencia en sus territorios.
Noticias RCN
07:58 p. m.
40 familias desplazadas enfrentan un futuro incierto tras seis meses estando en un refugio en el coliseo de Ocaña, Norte de Santander. Estas personas son víctimas de la violencia que se vive en el Catatumbo, la que incluso hizo que el Gobierno declarara la conmoción interior hace algunos meses.
Mariceli Sánchez, una de las desplazadas, contó cómo vive esta preocupante situación: “Tuve que dejar mi casa. Es triste que uno teniendo la casa, tenga que dejarla así botada. ¿Por qué? Por uno salvar la vida”.
“¿Para dónde vamos?”: el miedo que tienen los desplazados
Junto a sus cuatro hijos, enfrenta la posibilidad de perder su único refugio. “Al salir, pues el comentario es que nos van a sacar. Yo me pongo a pensar, al salir uno de aquí, ¿para dónde vamos? Nos tocará quedarnos a dormir en el parque”, aseguró.
Edilma Ortiz, otra desplazada que llegó al coliseo el 27 de enero, comparte la misma zozobra: “Nos vamos a quedar sin comida, porque hasta el viernes hay y no sabemos qué hacer”.
La administración local ha estado proporcionando ayuda con el apoyo de organismos de socorro, pero los recursos municipales se están agotando. Freddy Arengas, secretario de Gobierno de Ocaña, sostuvo lo siguiente: “Nosotros como municipio hemos venido trabajando con entidades como la Defensa Civil para poder suministrar y hacer la entrega de alimentos a estas personas, como ha venido ocurriendo”.
Exigen que el Gobierno brinde soluciones
Los desplazados denuncian la falta de una solución real por parte del Gobierno para abordar esta crisis, considerada la peor en los últimos años: “Que por favor tengan compasión con nosotros, que se apiaden de esta gente que está aquí, que está sufriendo, porque estar aquí no es una cosa muy bonita”, este fue el llamado de urgencia de Sánchez.
318 personas permanecen en refugios temporales de Cúcuta, Ocaña y Tibú. La situación se desembocó por la escalada violenta que empezaron a protagonizar las disidencias de las Farc y el ELN.