“Destruyó la misma sangre": el relato de un terrible caso de maltrato entre familia

Entregaron a sus hijos al cuidado de una pareja que les prometió ayuda y un mejor futuro, pero los convirtió en esclavos, víctimas de maltrato y abuso sexual.


Nancy Velasco

feb 08 de 2022
04:41 p. m.

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Para llegar hasta donde vive esta joven, con sus papás y tres hermanos, hay que tomar rumbo a El Playón, Santander, a dos horas de Bucaramanga, y desviar por una vía destapada hasta llegar a una trocha apta únicamente para carros de doble tracción, y para las motos que conducen hábiles campesinos de la región. 

La llamaremos 'Marcela', para evitar poner en riesgo su vida y su tranquilidad. Su desdicha comenzó en los primeros meses de 2017, cuando ella tenía 14 años y fueron sorprendidos por la propuesta de un tío, hermano de su papá, y la pareja de este. Ofrecieron llevarla a vivir con ellos a Madrid, Cundinamarca, pueblo cercano a Bogotá para darle una “mejor” calidad de vida. 

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El papá de la jovencita recuerda claramente los argumentos que le daba su hermano y el rotundo no con que le respondió al principio. “Decía que quería ayudarla, que podía darle la oportunidad de darle un estudio, una vida mejor, que la dejara ir. Por año y medio duramos en eso, y yo que no y que no".

Su esposa, una mujer humilde, religiosa y de carácter, era más enfática al negarse a la petición de su cuñado. “Vinieron acá dos veces, pero siempre he dicho que uno no conoce a una persona hasta no comerse un saco de sal. Uno de mamá siempre presiente cosas, pero uno no le hace caso a Dios, esa es la verdad. Yo como mamá sentía que no estaba bien que ella se fuera tan joven, ella muy bonita, o sea todo eso hace que el enemigo como dice uno… tiene más agallas para destruir ¿Cierto?”



Contra las dudas de los papás de 'Marcela', el tío y su pareja lanzaron argumentos que parecían de peso, con los que fueron debilitando la prevención. Hubo especialmente uno que le dolió al papá de la adolescente.

“Dijo yo quiero ayudar a su hija, no la deje más allá, voy a llevármela para la ciudad. Que no se quede comiendo m**** en el campo como usted se quedó”, recuerda el aún atribulado padre de familia, un campesino sencillo, hecho a pulso, que muestra un gran amor por su familia.

Una falsa historia los llevó a caer en la trata de personas

Como no lograban convencer a los papás, un día los llamaron para decirles que a la señora se le había fracturado un pie y que dejaran ir a 'Marcela' para que les colaborara por un tiempo, entre 15 días y un mes, mientras se recuperaba. Entonces les quedó muy difícil negarse. En octubre del 2018 la menor se fue a vivir con la pareja al municipio de Madrid, y la señora no se recuperó porque nunca hubo fractura.

El investigador de la Dijín Leonardo Salamanca, a quien se le encargó la posterior investigación del caso, se refiere a este giro en la historia así: “En Madrid la niña evidencia que la señora no tiene ningún tipo de fractura, sin embargo, le ofrecen cosas que la niña nunca había visto, y esto lo que hace es que en su momento  diga yo aquí quiero quedarme. Llama a sus papás y les dice déjenme este año que yo estoy feliz acá"

No llegamos a imaginar de ahí para adelante qué era lo que iba a pasar

Uno de los primeros gestos que revelaron el plan de la pareja es que incomunicaron a la adolescente, restringiendo el uso del celular que llevaba y el único medio que tenía para estar en contacto con sus papás y la familia en Santander. 

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Semanas después empiezan las torturas contra 'Marcela'. La atacan con sevicia, golpeándola, agrediéndola de otras formas y dejándola en la calle en horas de la madrugada. Ella soportó en silencio esto, el abuso sexual y la explotación a que fue sometida cuando la obligaron a vender tortas en la calle. 

Aparece un “ángel guardián”

'Marcela' también fue empleada como mesera en un restaurante y fue allí cuando ocurrió lo que el investigador de la Dijín describe como la “aparición de su ángel guardián”, un antioqueño y agente viajero, que al principio le coqueteó y con quien cruzaron teléfonos, algo que fue vital para la menor. Él también dio su testimonio a Reportajes RCN:

Cuando la vi la primera vez dije está como bonita, me vino a contar que era menor de edad el día que me llamó llorando”. Era la primera llamada que le hacía 'Marcela', quien en realidad estaba lanzando un grito de auxilio: 

“Me dijo que necesitaba hablar, que los tíos le pegaban mucho”. A lo que él respondió que los denunciara con la Policía, pero ella se negaba porque había un niño al que intentaba proteger. Era el hijo de la pareja.


Nos cuenta que el bebecito, de cinco años, era también sometido a torturas por la madre


Cuando la adolescente ya no pudo más, volvió a llamar al agente viajero, su amigo, y le pidió que se vieran. Él recuerda que tenía un pómulo hinchado, y rastros de muchos golpes en la piel. Conmovido le dijo que fueran de inmediato con la Policía, pero antes de eso llamaron al papá de 'Marcela, quien después de ajustar el impacto emocional le rogó ayudarla a escapar y a viajar esa misma tarde a Bucaramanga, a donde él iría a encontrarla.



“La podrían haber matado, no sabía el nivel de peligrosidad de esa gente”, dice el hombre que la ayudó

Cuando fue a la casa del tío por su ropa, la esposa de este se puso histérica y trató de impedir que se marchara, argumentando que era su sobrina. Pero el apoyo de su “ángel guardián” fue definitivo y esa misma tarde tomó una flota rumbo a su hogar. Así terminaban 15 meses de tortura para 'Marcela,' quien estaba irreconocible cuando logró reunirse con sus padres: 

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“Como se dice, de la cabeza a los pies, totalmente, un solo moretón. Eso es tortura. La que se fue era una niña inocente y la que llegó fue una niña destruida”, dice la madre y recuerda las preguntas que se hacía al verla así: “¿Dónde está mi hija? ¿Qué pasó con mi hija? ¿Qué le hicieron? ¿Qué le sucedió allá?. O sea, tantas preguntas que no tienen respuesta”, concluye la madre

Días después de ese encuentro la joven y su padre pusieron la denuncia y tomó curso una investigación que ni el tío de la víctima ni la esposa tenían en sus cálculos, pese a lo que advierte el investigador Leonardo Salamanca: “La trata de personas, la tortura, el abuso sexual son delitos bastante complejos de probar cuando ya ha pasado cierto tiempo” .

La pareja fue capturada, cuando lejos estaban de pensar que la justicia iría por ellos, y el caso está ahora en etapa de juicio. 

Otro niño torturado 

En el curso de este proceso, y debido a la divulgación del caso, el papá de 'Marcela' descubrió que otro niño, primo en segundo grado de su hermano por línea materna, había caído en manos de esta pareja: “Es la misma cochinada, él la usó hace 10 años”. “Destruyó la misma sangre, él nos destruyó. El mal que le hizo a los otros niños, a las otras personas, lo va a pagar”, exclama.

Aquí abarca la historia de un menor que hoy tiene 16 años, hijo de una campesina del Sur de Bolívar, quien ocho años antes había caído en manos de la misma pareja cuando tenía apenas cinco.

“Yo en ese tiempo me acababa de separar del papá de mis hijos y me quedaron 4 niños”, relata la madre del joven, y lo que recuerda son las circunstancias que la llevaron a confiar en una tía, que vivía en Mosquera, Cundinamarca, cerca de Madrid y de Bogotá. 

Hacía mucho tiempo no tenían contacto y al conocer su situación le ofreció hacerse cargo de uno de los cuatro niños. La madre aceptó enviar al menor. 

“… que para que el niño estudiara porque uno vive en el campo y cuando eso no había escuelas así cerquita… Mantener cuatro niños me quedaba muy pesado”. Sin embargo, uno de los hijos de la tía que le ofreció cuidar al niño en aquel tiempo era el mismo hombre que hoy es procesado por abuso y trata de personas a Marcela, el de la pareja capturada en Madrid, Cundinamarca. La historia es parecida, al principio todo parecía ir bien con el pequeño en el nuevo hogar.

“Yo lo llamaba y le decía ¿Papito cómo está? ¿Está amañado? Sí mami, mi mami me trata bien, y le decía ¿Se quiere venir? No mami no me quiero ir…”

Cinco meses después, la madre del menor fue sorprendida por una llamada de la esposa de su primo. Bienestar Familiar les había quitado al menor, lo que ella atribuyó a chismes y acusaciones malintencionados de los vecinos. Entonces la madre tuvo que hacer de inmediato un viaje de 14 horas entre su vereda y Mosquera, donde encontró a su hijo en un hogar de paso. La pareja, es decir su primo y la esposa, habían sido denunciados ante la comisaría de familia. 

“Cuando llegué yo no conocía a mi hijo de lo maltratado que estaba. Tenía muchos moretones, cicatrices, tenía como unos sellos desde la cabecita, del cuello hasta los pies. Estaba hinchado”.

Eso no fue todo. Al verse denunciada, la mujer inventó que el niño había sido abandonado por la mamá en Bogotá y por eso había llegado a sus manos. El comisario de familia le recomendó denunciarlos ante la Fiscalía, pero este proceso al parecer no prosperó. 

Otra habría sido la historia si los investigadores hubieran atendido su denuncia. Se habría evitado la tragedia de 'Marcela' 10 años después. Tragedia que dio lugar al proceso judicial contra la pareja, cuya defensa ha venido aplazando el curso del juicio al que serán llevados. La acción de las autoridades, aunque no sana el daño a su hija y a la familia, les produce alivio.

¿Hay justicia?

“Dicen todos que la justicia es muy lenta, pero en mi caso bendito Dios no tengo nada que decir. Espero que ellos paguen en todo el daño que han hecho, no solo a mí, porque la verdad yo no pienso solo en mí sino en el hijo que ellos tuvieron”, dice 'Marcela'. 

Sin embargo, en el caso del niño del Sur de Bolívar, ahora un adolescente de 16 años, lo que prevalece es el dolor por las huellas que dejaron la tortura y el abuso a los que fue sometido por la pareja. Aquí no hay avance por parte de la justicia. Cuando Reportajes RCN la buscó en su casa, la atribulada madre estaba a la espera para ser llamada por las autoridades tras la nueva denuncia que puso con apoyo del padre de 'Marcela'. 

Pese a todo lo que vivió, esta joven se enfoca ahora en el sueño de ser enfermera y, quizá, enrolarse en el Ejército. Actualmente cursa noveno grado de educación básica. Su fortaleza está en el amor incondicional que sus papás y sus tres hermanos siempre le han mostrado. Amor que tuvo la peor prueba en el engaño que le tendieron su tío y la esposa, en la que cayeron por el deseo de servir y prosperar. Nada más. 

¿Cómo fue la investigación?

Nancy Velasco hizo parte del equipo que investigó el caso y nos relató cómo fue seguir esta historia que marcó a dos familias por la infamia. Este es su relato:

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