Yurley Cervantes esperaba a la Policía cuando fue asesinada por su expareja en un bus

El feminicidio de Yurley Cervantes se registró sobre las 10:00 de la noche del 12 de septiembre en el interior de un bus de servicio público en el que la víctima intentaba escapar de su expareja sentimental en Bosa Santa Fe, en el sur de Bogotá.

Este fue el último lugar al que la siguió su agresor, quien la acechaba desde que huyó de Casanare para proteger su vida. El hombre no solo la buscó y la ubicó en la casa de su prima, sino que a diario amenazándola de que iba a acabar con su vida, incluso, que la atacaría con ácido.

Aunque Yurley buscó ayuda, no la tuvo a tiempo. La familia aseguró que horas antes de su feminicidio llamó dos veces al 123 para que la Policía le prestara acompañamiento para poder huir hacia otro lugar, pero lamentablemente murió esperando ese apoyo que nunca llegó.

Llamamos dos veces al 123 y nos quedamos esperando a la Policía para la que la acompañara y nunca llegaron.

¿Por qué la Policía no ayudó a Yurley Cervantes?

De acuerdo con la versión de Yuleida López, su prima, ella ya había denunciado la situación y recibido una medida de protección que no fue suficiente para salvar su vida.

Yurley vivía la angustia de sentir de cerca la muerte, como muchas otras mujeres en Colombia, a manos de su expareja, y pese a que notificó su situación para buscar acompañamiento de la Policía hacia el nuevo lugar donde iba a refugiarse, la dejaron sola y su agresor la mató delante de los pasajeros de un bus.

Se desconocen las razones por las que las dos llamadas que habría hecho Yurley a la línea de Emergencias 123 no fueron efectivas. Se quedó esperando a la Policía y por miedo decidió irse con su tía, quien temía que pasara lo peor. Ambas fueron brutalmente atacadas con arma blanca, una perdió la vida y la otra se debate entre la vida y la muerte en la UCI de un hospital.

Detalles del atroz feminicidio de Yurley Cervantes

Noticias RCN conoció que la mujer buscaba refugiarse en la casa de una amiga fuera de Bosa, pero luego de abordar el bus que la llevaría, a escasas cuadras, el conductor recibió la señal de pare de su feminicida.

Yurley y su tía se dieron cuenta que se trataba de la expareja y le gritaron al conductor que arrancara de nuevo; pese a que el conductor atendió la petición de las mujeres, el hombre enfurecido corrió y logró subirse al vehículo donde las atacó de manera indiscriminada.

Al parecer, ninguno de los pasajeros intentó ayudarlas, solo fueron testigos de una muerte anunciada.

Tras cometer el crimen, el agresor huyó del bus. Nadie lo detuvo y ahora las autoridades lo buscan para que pague por un feminicidio que seguramente se habría podido evitar.