Dos policías fueron capturados por cometer el delito de extorsión en flagrancia
El Gaula fue alertado por uno de los ciudadanos afectados y pudo intervenir en el momento preciso.
Noticias RCN
04:56 p. m.
En la noche del domingo 7 de abril, se registró un caso de corrupción policial en Bogotá. Dos uniformados de la Policía Nacional, identificados como Luis Alberto Gómez Baquero y Wilson Javier Ochoa Mendoza, fueron descubiertos cometiendo el delito de extorsión en flagrancia.
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El Gaula se hizo presente en el lugar de los hechos y, después de corroborar la conducta de los dos policías, pudo capturarlos de inmediato.
¿Qué hicieron los dos policías capturados?
Según el boletín del procedimiento de captura, cuando un grupo de ciudadanos se transportaba en su vehículo, fue interceptado por los dos policías. Minutos después, los uniformados les indicaron que supuestamente ese automóvil estaba reportado por hurto, pero que si les pagaban 10 millones de pesos, los dejaban seguir.
En ese momento, los ciudadanos afirmaron no tener esos recursos económicos y los policías les indicaron que podrían hacer un trato para que el dinero fuera entregado en las horas de la noche del próximo día. Sin embargo, les retuvieron los celulares y les dijeron que podían recuperarlos después de pagar los 10 millones.
¿Cómo pudo organizarse la operación para capturar a los dos policías?
Luego del abordaje de los policías, uno de los ciudadanos decidió comunicarse con el Gaula y reportar lo sucedido. De esa manera, el equipo de inteligencia policial activó las alertas, tramitó las órdenes de captura, conoció el sector en el que estaba pactada la entrega del dinero y pudo sorprenderlos.
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Los dos policías implicados fueron capturados mientras estaban en servicio. Por tal razón, el Gaula incautó las dos armas que estaban en su poder, la moto policial en la que se transportaban, dos celulares personales y un celular de consulta.
“En este momento ustedes van a ser movilizados a las instalaciones del Gaula para realizar las actuaciones judiciales”, les comunicaron al momento de leerles sus derechos. Posteriormente, los subieron a un furgón para llevar a cabo los trámites correspondientes y dictarles la medida de aseguramiento.