Ejército responsabilizó al ELN por secuestro de un sargento en Arauca
Se trata del sargento viceprimero Libey Danilo Bravo, quien desapareció el pasado 14 de febrero en horas de la tarde.
Noticias RCN
05:41 a. m.
A pesar de que avanzan las negociaciones de paz entre las delegaciones del Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), no cesan los secuestros y ataques en contra de la fuerza pública en algunas regiones del país.
Esta vez se conoció el secuestro del sargento viceprimero Libey Danilo Bravo, perteneciente al Batallón Especial Energético de la Octava División del Ejército Nacional.
En un comunicado, el Ejército responsabilizó al ELN por la retención del uniformado, ocurrido en la tarde del pasado 14 de febrero en el municipio de Arauquita, Arauca, al parecer a manos de hombres armados que lo obligaron a subir a una camioneta.
Aunque por ahora se desconoce su paradero, las autoridades aseguraron que el Frente de Guerra Oriental de la guerrilla sería el responsable de cometer este crimen de lesa humanidad en contra del sargento Gravo.
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Se responsabiliza por la seguridad e integridad física de nuestro suboficial al Frente de Guerra Oriental del grupo armado organizado ELN, grupo que delinque en el sector, a quien se le atribuye el secuestro
Finalmente, el Ejército anunció que el hecho se denunciará ante organismos internacionales encargados de penalizar estas faltas al Derecho Internacional Humanitario.
Segundo ciclo de diálogos con el ELN
El pasado 13 de febrero inició el segundo ciclo de diálogos entre el Gobierno Nacional y el ELN en México, en donde se instaló la mesa para continuar con la agenda de negociaciones pactada desde el 2016.
Esta fase, que contará con el acompañamiento de países garantes como México, Venezuela, Cuba, Chile, Noruega y Brasil, tendrá como objetivo aclarar los anuncios contradictorios referentes al cese al fuego bilateral que fue anunciado por el Gobierno durante las fiestas de fin de año y, posteriormente, desmentido por los altos mandos del ELN.
En consecuencia, se espera que al finalizar el segundo ciclo exista un acuerdo entre ambas partes para poner pausa a las hostilidades cometidas por esta estructura y que se definan las pautas para la participación civil en el proceso.