¿Fútbol o conciertos? La polémica que hay detrás del uso de El Campín y la venta de abonos

El próximo 24 de enero arranca la temporada del fútbol profesional colombiano, pero los equipos más representativos de Bogotá, Millonarios e Independiente Santa Fe, aún no tienen garantías para usar el estadio El Campín.

Esto se debe a una serie de problemas que incluyen la falta de acuerdos contractuales, el inicio de una ambiciosa remodelación y una agenda saturada de conciertos.

La situación ahora no solo está afectando a los clubes y sus aficionados, sino que también ha generado tensiones con los habitantes del sector.

Por esta razón, en una mesa de trabajo organizada el lunes 13 de enero por la Personería de Bogotá, directivos de los equipos, representantes del Distrito y miembros de la comunidad expresaron sus preocupaciones sobre el futuro del máximo escenario deportivo de la capital.

¿Qué está pasando con el fútbol en el Estadio El Campín?

Carlos Enrique García, director comercial de Millonarios, y Eduardo Méndez, presidente de Santa Fe, denunciaron que hasta la fecha no han firmado un contrato de arrendamiento con Sencia, el operador privado encargado de administrar el estadio.

Esta falta de acuerdos ha paralizado la venta de abonos, una de las principales fuentes de ingresos para los clubes.

No hemos podido vender abonos porque no sabemos cuántos podemos poner en el mercado, al desconocer qué escenario usaremos este año. Comercializar un número de abonos, sin saber si los espectadores pueden ingresar al estadio, sería irresponsable, señaló García.

Por su parte, Méndez destacó que la única alternativa viable, el Estadio de Techo, no cumple con los requisitos de la Conmebol para partidos internacionales, poniendo en riesgo la participación de ambos equipos en torneos como la Copa Libertadores y la Sudamericana.

Mientras tanto, el personero de Bogotá, Andrés Castro Franco, expresó su preocupación por las posibles afectaciones económicas y deportivas que enfrentan los clubes:

Para nuestro ente de control es importante que se garantice el desarrollo del fútbol, patrimonio de la ciudad y del país.

¿El Campín es para conciertos o fútbol?

Así como los equipos lidian con la incertidumbre, los residentes del barrio Galerías, vecinos del estadio, también han elevado sus quejas ante la Personería.

Denuncian el aumento del ruido, el cierre de vías para adecuaciones preliminares y el incremento en las tarifas de los parqueaderos. Todo esto, según afirman, ocurre a pesar de que las obras de demolición y remodelación aún no han comenzado.

El Distrito, en cambio, ha justificado su enfoque en los conciertos programados para el primer semestre de 2025. Daniel García Cañón, director del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), destacó el impacto económico de estos eventos:

Pasamos de tener 6 conciertos en 2023 a 15 en 2024. En materia de ingresos para el Distrito, un solo concierto le deja a Bogotá lo que se recauda en un año de partidos de fútbol.

Sin embargo, esta priorización ha generado malestar entre los aficionados y directivos deportivos, quienes consideran que el Distrito está dejando de lado el desarrollo del fútbol capitalino.

Carlos Enrique García fue enfático al señalar que la saturación de la agenda con eventos no deportivos dificulta la organización de partidos y compromisos internacionales.

¿Qué pasará con la remodelación del estadio?

Édgar Cardona, director operativo de Sencia, aseguró que la empresa está preparada para garantizar el uso del estadio mientras se inician las obras de remodelación:

Las obras no afectarán el desarrollo del torneo. Además, los contratos de arrendamiento están listos para ser revisados y firmados por las partes.

A pesar de estas declaraciones, los clubes han manifestado dudas sobre la capacidad del operador para manejar de manera eficiente la logística necesaria para equilibrar conciertos, partidos y las obras programadas.

El Distrito, por su parte, ha prometido acompañar a los equipos en las negociaciones con Sencia, aunque no ha ofrecido una solución concreta para la creciente incertidumbre.

Con el reloj avanzando hacia el inicio de la temporada, la falta de acuerdos claros, la sobrecarga de eventos en El Campín y la inminente remodelación han colocado al fútbol capitalino en una posición que definen como precaria.