"Me dijo que íbamos a estar juntos": el testimonio de un sargento (r) al que le desaparecieron su padre

El conflicto armado colombiano ha estado marcado por el horror del crimen, el dolor de la muerte y la incertidumbre de la desaparición.

Según el Registro Único de Víctimas de la Unidad Para las Víctimas, con corte al 31 de diciembre del 2023, 6.433 militares, civiles al servicio de la institución y sus familias fueron reconocidos como víctimas del delito de desaparición forzada en medio del conflicto armado. De la cifra anterior 112 estaban en servicio activo, de acuerdo con la Dirección de Familia y Bienestar.

Entre estas 112 personas reportadas como víctimas de desaparición forzada se encuentran 78 soldados, 22 suboficiales, 2 oficiales, 5 agentes de inteligencia y 5 conductores.

Los departamentos donde se han registrado más casos de desapariciones de integrantes de la institución son Antioquia, Caquetá, Putumayo, Santander, Meta y Chocó.

Este es el sentir de un hijo a cuyo padre desaparecieron forzosamente en 1997.

Cuando Mario Andrés Bautista Duque, sargento retirado del Ejército, describe a su padre usa verbos en presente y no en pasado porque asegura que aún tiene la esperanza de que siga con vida.

“Mi padre era… o es, porque para mí aún sigue la esperanza de que a él vamos a encontrarlo con vida”, asegura su hijo, un sargento retirado del Ejército.

El sargento Mario Bautista Suárez fue desaparecido el 12 de marzo de 1997 al caer en una pesca milagrosa del frente XVIII de las extintas Farc, cuando se desplazaba en la vía Puerto Boyacá (Medellín).

Mario Bautista Suárez es descrito como un hombre estricto, correcto y que siempre intentaba compartir momentos de familia o fechas especiales cuando su vida militar se lo permitía.

“La última vez que hablé con él nos dijo que muy pronto íbamos a estar todos juntos”, asegura Mario.

La vida después del secuestro del padre del sargento (r) Mario Andrés Bautista Duque

Mari Bautista Duque asegura que cuando su padre fue desaparecido su vida dio un giro de 180°. Ahora, las cosas sencillas de antes se han vuelto acciones difíciles en el presente; por ejemplo, el recorrer los mismo pasillos del batallón de Ibagué, corredores que una vez caminó junto a su padre cuando este estaba prestando servicio en las Fuerzas Militares de Colombia.

“Desde que desapareció y continué mis estudios de bachillerato, siempre decía: tengo que seguir haciendo las cosas porque yo sé que mi padre va a aparecer y cuando aparezca él va a decir "Ah, bueno, muy bien, siguieron estudiando juicios””, asegura el Mario Bautista Duque.

En su corazón sigue la esperanza intacta de algún día poder volver a abrazar a su padre: “Es difícil ver por ejemplo, cuando han ocurrido liberaciones y cuando han habido operaciones militares y han recuperado militares y policías que están retenidos y los que se han podido fugar de la guerrilla… Ver ese reencuentro y soñar con eso y aún no puedes ver ese sueño hecho realidad”, asegura el sargento retirado.