El ocaso de una tradición: cierre de tres históricos restaurantes de Bogotá
Hay nostalgia por el cierre de dos restaurantes y un salón de onces del centro de Bogotá que suman más de 300 años de historia.
Noticias RCN
12:05 p. m.
Para la mayoría de las personas que se mueven por el centro de Bogotá el cierre de La Romana y de Salerno, que es la otra Romana, pasa inadvertido; pero no para quienes saben de comida y tradición.
“Cuando andaba en el centro con mi padre, existían. No es bueno para la ciudad que se vayan a cerrar los restaurantes que son insignias tradicionales y además la comida muy deliciosa”, aseguró Guillermo Bernal, abogado bogotano.
Los dos restaurantes fueron azotados por la parálisis que trajo el consabido virus. Hacen parte del mismo vecindario, el más antiguo está sobre una margen de la Plazoleta del Rosario y el otro, cinco cuadras al norte, sobre la carrera séptima.
A escasos 200 metros aparece otro de los emblemáticos de la ciudad golpeados por la misma causa: El Florida, con 84 años de historia, donde hasta marzo pasado corrían litros de chocolate con queso, panes y pasteles.
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El cambio es chocante, la desolación es peor cuando se traduce a la nómina. Allí tuvieron que declarar la suspensión de todos los contratos y ya se lo terminaron a 25 de 90 empleados.
“Me preguntan: ‘doña Elsa por qué a mí’ y yo les digo, es un baloto, al que le toque, al que le vaya tocando yo suspendo el contrato”, señaló Elsa Martínez, dueña del salón de onces y pastelería Florida. También le piden que les prometa que volverá a llamarlos cuando todo pase.
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Por ahora, nadan contra la corriente con venta de algunos productos y domicilios, que les dan el 18 por ciento de los ingresos regulares. Ni ella ni nadie tiene certeza de cuándo pasará la crisis que atribuye también al deterioro de la Séptima.
Diez cuadras al sur, a unos pasos detrás de la Catedral Primadas, sobre el panorama quieto y extraño que ofrece el centro de Bogotá aparece el más antiguo de todos: La Puerta Falsa, una leyenda de la ciudad ahora cerrada.
Le atribuyen dos siglos de antigüedad y un encanto santafereño a sus productos que lo ponen como sitio obligado para los turistas.
Como La Romana, El Salerno o El Florida, La Puerta Falsa es patrimonio de la ciudad y esta no es la primera dificultad que atraviesan.
El apoyo que les han dado la Universidad del Rosario y muchas personas refuerzan el empeño de sus dueños por enfocarse en la reapertura.
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“Tenemos la fortaleza de la tradición (…) Mientras podamos respirar y tener siempre de presente que es nuestro compromiso, estaremos muy atentos a continuar siendo útiles”, expresó Carlos Alberto Sabogal, dueño y administrador.