En el 2024 al menos 20 menores han sido asesinados por las disidencias: Federación de Víctimas de Colombia

La situación en el departamento del Cauca se ha vuelto cada vez más sombría, con alarmantes informes sobre el reclutamiento y asesinato de menores por parte de las disidencias de las Farc.

El actuar criminal de las disidencias Farc en Cauca

La Federación de Víctimas de este grupo armado ha denunciado que esta práctica inhumana está ocurriendo especialmente a la salida de los colegios, donde los niños se convierten en objetivos fáciles para estos grupos armados.

Hasta el momento, se estima que al menos 20 menores han perdido la vida bajo estas circunstancias en lo que va de este 2024.

Hace algunos días, uniformados del Ejército colombiano anunció que encontró, en el municipio de Argelia, una fosa común que contenía cuerpos, entre ellos los de menores de edad que, según informes, intentaron escapar tras ser reclutados.

“Los están asesinando para que no quede rastro de los vejámenes y abusos a los que son sometidos”, explicó Ómar Sepúlveda, segundo comandante del Ejército Nacional.

Al parecer, el objetivo de estos actos atroces, sería evitar que haya testigos que puedan incriminar a estos grupos en futuros procesos judiciales y negociaciones con el Estado colombiano.

Disidencias Farc secuestran y asesinan a niños en Cauca

Los líderes comunitarios en la región han expresado su preocupación, indicando que estos incidentes podrían representar apenas la punta del iceberg en términos de violaciones a los derechos humanos cometidas en el área.

A menudo, los cuerpos de estos niños son hallados con signos de tortura y tiros de gracia.

“Cuando hemos logrado encontrar algunos cuerpos, los hemos encontrado con tiros de gracia. Torturar a un menor, ¿qué información puede tener este menor?, pero eso es lo que está ocurriendo en el Cauca y el país no lo ha conocido en profundidad”, añadió el líder social, José Antonio Vitonás.

Este año, la cifra de menores reclutados en el Cauca asciende a 214, según documentos de las fuerzas armadas.

La mayoría de las familias afectadas viven en constante temor y prefieren callar, pues el miedo a represalias es un obstáculo significativo para que se presenten denuncias formales.

Esta estrategia de silencio forzado permite que los actos atroces continúen en las sombras, sin recibir la atención o intervención necesaria para procurar justicia y cambio.

El panorama sugiere una crisis que requiere una respuesta urgente por parte del Gobierno, así como un llamado a la comunidad internacional para que ofrezca su apoyo en la protección y defensa de los derechos de los niños en esta convulsionada región del país.