En el corazón del Atrato: la tragedia que aún embarga a varias familias de Bojayá
Las víctimas de la masacre de Bojayá denuncian que no han podido despedir a sus muertos y confiesan que esperan el arrepentimiento de todos los responsables.
Noticias RCN
02:01 p. m.
Una cosa fue ver por televisión las imágenes del día en que la guerrilla lanzó un cilindro bomba a la iglesia de Bojayá, en el año 2002, y provocó la muerte de 99 personas que se resguardaban de los enfrentamientos entre las Farc y las AUC; otra fue escuchar la versión en la voz de las mujeres que vieron explotar el techo de la parroquia mientras caminábamos por las ruinas. En ningún caso fue comprensible lo que pasó.
En medio de la selva chocoana y a orilla del río Atrato, a una hora de vuelo y cuatro más en una lancha rápida, los familiares de las víctimas que se reubicaron cerca del viejo pueblo nos confesaron que, 17 años después, siguen esperando los cuerpos de sus seres queridos para cerrar el ciclo del duelo.
Los restos, enterrados en una fosa común, fueron exhumados hace dos años y la comunidad construyó un mausoleo para mantener viva la memoria de las víctimas.
Desde el año 2015, cuando las Farc pidió perdón públicamente por la masacre, las familias también esperan que se disculpen los paramilitares por usarlos como escudo humano durante el combate y el Gobierno Nacional por su ausencia durante el conflicto y la omisión de alertas tempranas emitidas antes del brutal ataque.
Este informe reconstruye ese momento con los relatos de las víctimas, revela las huellas que les dejó, actualiza el proceso que han padecido por casi dos décadas y refleja la resiliencia que las mantiene vivas, pero, sobre todo, confirma que es incomprensible lo que pasó ese 2 de mayo del año 2002.
Carlos Raigoso-NoticiasRCN.com