El desmoronamiento de una escuela en Aguachica está poniendo en riesgo el estudio y la vida de varios menores

En la vereda Guaduas, ubicada en el municipio de Aguachica, departamento del Cesar, una pequeña escuela rural enfrenta una crisis que podría tener consecuencias devastadoras para la educación de los niños de la zona.

La institución educativa, que por años ha sido el centro de formación para los menores de esta comunidad, está a punto de colapsar debido a la erosión acelerada del terreno sobre el cual está construida.

Este proceso erosivo, intensificado por las fuertes lluvias que afectan la región, ha debilitado las bases y estructuras del colegio, poniendo en riesgo la seguridad de los estudiantes, docentes y demás personal.

Una escuela en Aguachica está al borde del colapso

La gravedad de la situación se hizo evidente cuando, en la noche del lunes 2 de septiembre, el tanque de agua de la escuela se desplomó, reflejando el avanzado deterioro de la infraestructura.

Los habitantes de la vereda, alarmados por lo ocurrido, temen que el resto de las instalaciones sigan el mismo camino, lo que podría provocar una tragedia.

Ante esta situación, los padres de los 19 estudiantes que asisten al colegio decidieron no arriesgar más la vida de sus hijos y trasladarlos temporalmente a un lugar más seguro. Sin embargo, la solución ha sido improvisada y claramente insuficiente.

Estudiantes afectados por el mal estado en sus aulas continúan sus clases en la cocina de una casa

Ante la falta de un espacio seguro y adecuado para continuar con las clases, Isabel Quiroga, una madre de familia de la vereda, decidió prestar su hogar para que los niños no interrumpieran su formación.

Actualmente, los estudiantes reciben sus lecciones en el hogar de la mujer, un espacio reducido y carente de las condiciones necesarias para la enseñanza.

En este lugar, los niños se ven obligados a compartir un espacio reducido, donde apenas hay sitio para moverse, y donde la iluminación, ventilación y mobiliario son inadecuados para el desarrollo de las actividades académicas.

Pese a su ayuda, Isabel Quiroga expresó su preocupación y frustración ante la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades:

Hasta ahora, no se ha dado ninguna solución a este problema. Yo presté mi casa para que los niños puedan seguir estudiando, incluyendo a mi hija, pero esta situación no puede continuar así.

Del mismo modo, la comunidad de Guaduas, liderada por Arcecio Celis, presidente de la Junta de Acción Comunal, ha alzado la voz para exigir una respuesta inmediata de las autoridades municipales y departamentales.

Anoche se cayó el tanque de agua del colegio, y ya se están derrumbando otras partes. Estamos esperando la reubicación prometida por el municipio, pero aún no hemos recibido respuesta. La urgencia es máxima porque los niños no tienen un lugar seguro para recibir clases.

¿Cuál ha sido la respuesta de las autoridades ante el deterioro de la escuela y la falta de educación en Aguachica?

La Alcaldía de Aguachica es consciente de la problemática y ha reconocido públicamente la necesidad de intervenir de manera inmediata para evitar que el deterioro de la escuela ponga en riesgo la vida de los estudiantes y detenga el calendario académico.

Alime Uribe, secretaria de Educación de Aguachica, aseguró que se están realizando gestiones para identificar un nuevo terreno donde construir una nueva escuela para la vereda Guaduas.

Ya hemos realizado visitas con el departamento, y estamos trabajando en la ubicación del predio para que se inicie la construcción de una nueva institución educativa.

Pese a esto, los padres de familia y la comunidad permanecen escépticos ante la lentitud de las acciones y temen que la situación se prolongue más de lo necesario, lo que podría tener un impacto negativo en el aprendizaje de los niños y su bienestar.

¿Cuál es el siguiente paso para solucionar las afectaciones de los estudiantes?

Mientras las autoridades evalúan las opciones para reubicar la escuela, la comunidad de Guaduas se enfrenta a una incertidumbre creciente. Los padres de familia están preocupados no solo por la seguridad de sus hijos, sino también por la posibilidad de que su educación se vea seriamente afectada.

La expectativa ahora recae en la pronta respuesta del gobierno local y departamental para que las promesas de reubicación y construcción de una nueva escuela se concreten antes de que ocurra una tragedia mayor.