¿Está en riesgo el abastecimiento de combustibles en Colombia? Ecopetrol responde

En las últimas semanas, Colombia ha experimentado una serie de incidentes que han puesto en jaque la infraestructura petrolera y el suministro de combustibles.

Los oleoductos Caño Limón-Coveñas y Bicentenario, fundamentales para el transporte de petróleo desde los campos de producción hasta los centros de refinación y exportación, han sido blanco de ataques explosivos.

Paralelamente, las protestas de transportadores y la toma de la planta de gas de Gibraltar por parte de la comunidad Uwa han agravado la situación, afectando la distribución de gas y otros productos esenciales.

Estos eventos, han desencadenado preocupaciones sobre la posibilidad de un desabastecimiento de combustibles en el país.

Ecopetrol responde ante un posible desabastecimiento de combustible en Colombia

Ecopetrol, la principal empresa petrolera del país y una de las más grandes en América Latina, emitió un comunicado este miércoles 4 de septiembre en el que detalló los serios desafíos que enfrenta debido a los recientes ataques terroristas y protestas que han comprometido sus operaciones.

La compañía advirtió que, de persistir estas condiciones, la producción de crudo y gas podría verse afectada, lo que podría llevar a un desabastecimiento de combustibles en varias regiones de Colombia.

¿Por qué se estaría viendo afectado el abastecimiento de combustible en Colombia?

Los primeros indicios de esta crisis comenzaron el 26 de agosto, cuando se registró un ataque explosivo en el oleoducto Caño Limón-Coveñas, en Saravena, Arauca.

Este oleoducto, que tiene una capacidad para transportar hasta 220,000 barriles de crudo por día, es una pieza clave en la infraestructura petrolera del país.

Apenas una semana después, el 3 de septiembre, se produjo un nuevo ataque en la vereda Cañaguata, en Boyacá, afectando nuevamente la misma infraestructura.

Ambos ataques, según fuentes preliminares, habrían sido perpetrados por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), una guerrilla que ha utilizado la violencia contra instalaciones petroleras como una forma de presionar al gobierno y desestabilizar la economía.

La Fiscalía General de la Nación ha abierto investigaciones para esclarecer los hechos y determinar la autoría de estos actos, que son calificados como terrorismo ambiental. En respuesta, el Ejército ha desplegado tropas en las zonas afectadas para garantizar la seguridad y prevenir nuevos ataques.

Mientras tanto, en otros frentes, la situación no es menos crítica, pues las protestas de transportadores, que han bloqueado carreteras clave para el transporte terrestre de hidrocarburos y Gas Licuado de Petróleo (GLP), han paralizado el movimiento de estos productos esenciales desde los campos de producción hasta los centros de consumo.

Los camioneros, que exigen parar y bajar la reciente alza en el precio del galón de ACPM, han instalado bloqueos en varios puntos estratégicos, exacerbando la crisis logística.

A esto se suma la toma de la planta de gas en Gibraltar, ubicada en Norte de Santander, por parte de la comunidad indígena Uwa. La planta, que abastece de gas a gran parte del nororiente del país, fue ocupada por los Uwa como parte de sus reclamos por la protección de sus territorios ancestrales y la consulta previa frente a proyectos extractivos.

La toma obligó a Ecopetrol a cerrar temporalmente la planta, cortando el suministro de gas a varios municipios y afectando a miles de familias que dependen de este recurso para sus necesidades diarias.

Frente a este escenario, Ecopetrol ha implementado un plan de contingencia en colaboración con las autoridades nacionales y locales, por lo que la compañía está trabajando para restablecer lo más pronto posible las operaciones de los oleoductos afectados y garantizar el transporte seguro de crudo y GLP, a pesar de las dificultades en las vías.

De la misma forma, se están explorando rutas alternativas y medidas de seguridad adicionales para asegurar el suministro de combustibles a las refinerías de Barrancabermeja y Cartagena, las principales del país.

Aun así, Ecopetrol reconoce que las circunstancias actuales presentan numerosos desafíos.

Es importante resaltar que, el impacto potencial de esta crisis es amplio, ya que un desabastecimiento de combustibles no solo afectaría a los consumidores y a la industria, sino que también podría tener repercusiones económicas, aumentando los costos de transporte y producción, y generando tensiones sociales en las zonas más afectadas.