Esta es la historia criminal del delincuente más buscado en Colombia, alias Otoniel

En un audio interceptado por la Policía Nacional quedó evidenciada la avaricia de uno de los delincuentes más buscados por las autoridades colombianas, Dario Antonio Usuaga, máximo cabecilla del Clan del Golfo, que recientemente fue capturado.

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“Me preocupa bastante más es lo de las finanzas, eso de finanzas ha estado duro y bregarle a meter duro a eso. Ahorita hay que mirar quién va a quedar responsable de ese bloque Pacífico, si usted o Javier”. 

En el bajo mundo del narcotráfico le conocían como ‘Otoniel’, quien desde los 17 años inició una carrera criminal dedicada a la producción y tráfico de estupefacientes. 

De él hay toda clase de mitos, pero como la mayoría de los mafiosos, ‘Otoniel’ tenía una obsesión con las mujeres. Una debilidad que con el tiempo se convirtió en aberración pues su gusto trascendió a abusar de niñas entre los 12 y 15 años. 

Este delincuente tenía varios trucos para evadir a las autoridades, entre ellos, estaba el uso de perros entrenados para que dieran aviso cuando alguien extraño se aproximaba a su territorio, con tiempo suficiente para poder escapar. 

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En una de esas huidas, dejó atrás a ‘Oto’, uno de los caninos que quedó en manos de la Policía. 

Aunque en la mayoría de las imágenes alias Otoniel siempre aparecía de camuflado y botas, las autoridades señalan que amasaba una inmensa fortuna que por años intentó ocultar con testaferros. 

Usuaga era considerado el “el capo de capós”, tenía nexos en México, Estados Unidos y Europa. 

Su experticia criminal la aprendió en verdaderas universidades de la delincuencia como las AUC, Los Arubeños, el Clan del Golfo y hasta con renombrados narcotraficantes como alias Don Mario.

Después de seis años de investigación continua, el pasado sábado 23 de octubre, alias Otoniel fue capturado incluso con sus ocho anillos de seguridad que se movían entre 1 y 3 kilómetros de distancia de su sitio exacto de ubicación. 

El máximo cabecilla fue ubicado en una zona apartada del Nudo de Paramillo, entre el cerro Yoki y el Cerro Azul. 

Durante la investigación se requirieron 50 expertos en inteligencia satelital. Más de 500 hombres de las Fuerzas Especiales del Ejército se movilizaron junto a la Infantería de Marina que bloqueó los corredores fluviales y la Fuerza Aérea que facilitó toda la tecnología de asalto aéreo. 

Para la operación se requirieron 22 helicópteros de la Fuerza Pública, que llegaron desde diferentes zonas del país.

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