Falsas ‘cajas bomba’: la nueva modalidad de estafa

Se trata de una modalidad de estafaque está disparada no solo en Facatativá, sino en varios municipios de Cundinamarca. Los delincuentes contactan especialmente a transportadores entre semana y a comerciantes los fines de semana, para ofrecerles atractivos negocios como traslado de ganado o venta de semovientes, sin embargo, en la mayoría de los casos, cuando las personas aceptan, les piden el favor de recoger una encomienda en el camino.

Quien entrega la caja le da al delincuente detalles, por ejemplo, de la ropa que lleva la víctima. Con esta información, el extorsionista llama a la persona y la amenaza con explotar la caja si no les entrega dinero.

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Habiendo escuchado estas amenazas, la reacción de las personas es arrojar las cajas o supuestas bombas y huyen aterrorizadas, dejando el paquete abandonado y mucho temor entre los habitantes de la zona.

En la vereda San Rafael, ubicada a 35 kilómetros de Bogotá, unos 180 predios dedicados al cultivo de fresa, papa, tomate de árbol y ganadería, ve en sus calles desde hace ya varias semanas unas cajas de cartón que arrojan visitantes despavoridos.

Las cajas contienen botellas plásticas unidas con cinta de donde salen cables conectados a un reloj, simulando ser bombas.

Un comerciante de Bogotá, víctima de esta modalidad de estafa, explicó lo que sucedió cuando recibió una llamada para un atractivo negocio.

“La cita era para ver unos cerdos que me ofreció a buen precio. Me dijo, hágame un favor y saliendo de Bogotá me mandan un repuesto para un tractor, entonces pues recogimos una cajita de una muchacha que salió al lado del peaje y nos lo entregó”, relató el hombre.

Sin embargo, en cierto punto le dijeron que no se podía mover de donde se encontraba bajo la amenaza de hacer explotar el supuesto artefacto. Como todas las anteriores víctimas, arrojó la caja en las calles de la vereda y salió aterrorizado para luego regresar con la Policía, porque con la caja se le fue accidentalmente un teléfono celular.

Por su parte, la Policía de Cundinamarca y el Gaula investigan los casos. Hasta el momento se sabe que las llamadas extorsivas provienen de varias cárceles del país.

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Los casos son conocidos como falsas encomiendas y de ellos han sido víctimas, inicialmente, grandes empresas transportadoras.

“Los delincuentes, la gran mayoría, son desde las cárceles y se dedican a conseguir empresas que prestan servicios, los comprometen con uno para hacerlo fuera de la ciudad y durante el trayecto les dicen que recojan una caja que le entregan en determinado sitio”, señaló el coronel César Castro Guerrero, comandante de la Policía de Cundinamarca.

No hay delincuentes en la zona, aunque les dicen a las víctimas que son vigilados por supuestos francotiradores, que los observan y les darán la orden de disparar, pero todo hace parte del engaño.

“Sepa quién va a contratar, si sucede una actividad de estas, primero llame a la línea 165 que aquí le prestamos la asesoría. Además de esto, estar pendiente de la información que suministra vía telefónica”, agregó Castro Guerrero.

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Debido a esta situación, la comunidad comenzó a instalar vallas en las calles para advertir la situación, mientras que las autoridades buscan a la persona que entrega las cajas con las supuestas bombas.