Familiares de Miguel Pisso piden al ELN liberar y respetar la vida del joven secuestrado
Por más de 50 días, los padres de Miguel Pisso han vivido un calvario a la espera de la liberación del joven secuestrado en Bolívar, Cauca.
Noticias RCN
08:37 a. m.
Emilce Fernández es una madre que sufre el drama del secuestro desde hace 50 días, cuando su hijo fue plagiado por el ELN en una carretera del municipio de Bolívar, en el departamento de Cauca.
En un clamor desgarrador, doña Emilce pide que liberen a Alexis Miguel Pisso, que cumple años en los próximos días y cuya familia espera con ansias su regreso.
Mi hijo cumple años el próximo domingo y para él y para nosotros sería el mejor regalo que ustedes nos pudieran dar, de verdad, hágannos ese favor
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Pero no solo ha sido el secuestro, la familia asegura que han sido víctimas de amenazas y chantajes, pues los secuestradores les piden que, a cambio de la libertad de su hijo, recuperen el cuerpo de una guerrillera que murió en combate.
Así fue el secuestro de Miguel Pisso en Cauca
Alexis Miguel Pisso fue el primer campesino en salir de la vereda de Piendamó, para iniciar sus estudios universitarios en Cauca.
Sus padres cuentan que después de él, más jóvenes se animaron a estudiar y buscar un mejor futuro. Ahora, Miguel está bajo poder del ELN y su familia vive en la incertidumbre por no saber de su paradero.
A finales de diciembre, Miguel fue a pasar unos días de descanso en el municipio de Bolívar, sin embargo, cuando estaba de regreso cayó en un retén ilegal del frente Manuel Vásquez Castaño, del ELN.
El joven fue secuestrado ahí, junto con un compañero que posteriormente apareció muerto.
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Desde entonces, el dolor y la incertidumbre se posaron sobre la humilde vivienda campesina de la familia Pisso. En Popayán, familiares y compañeros del joven realizan marchas, plantones y velatones para clamar por su libertad.
Para los Pisso Fernández es reconfortante saber que no están solos pidiendo por la liberación de su hijo, regresaron a la vereda en Piendamó con la esperanza de que su angustioso llamado sea escuchado por los secuestradores.