Fiscalía: el sofisticado sistema con el que controlaban la compra de votos en Atlántico
Tras el hallazgo, la Fiscalía compulsó copias a la Corte Suprema de Justicia contra la representante Aida Merlano.
Noticias RCN
mar 13 de 2018
06:18 p. m.
06:18 p. m.
La Fiscalía compulsó copias a la Corte Suprema de Justicia contra la Representante a la Cámara y, según el preconteo de la Registraduría, Senadora electa, Aida Merlano, luego del allanamiento a su sede de campaña en Barranquilla, donde habría funcionado una sofisticada red de compra de votantes,
La red “incluso utilizaba calcomanías con código de barras bidimensional (código QR) para identificar y hacer seguimiento a los líderes encargados de la compra de votos”, detalló el fiscal general, Néstor Humberto Martínez.
Funcionarios de la Dijín recibieron la información de que en una vivienda ubicada en el barrio El Golf de Barranquilla, conocida como “La casa blanca”, funcionaba un comando político desde el que, supuestamente, se compraban votos para la jornada electoral.
Luego de las verificaciones iniciales, la Fiscalía libró orden de allanamiento. Durante el proceso se encontraron los siguientes objetos:
• 9 computadores.
• 4 armas de fuego, entre las que había 2 revólveres, 1 escopeta y 1 pistola. Solo una de ellas tenía salvoconducto, a nombre de Aida Merlano.
• $268’993.000 en efectivo, guardado en un cuarto destinado exclusivamente para eso. En total, durante la campaña, se habrían repartido más de $6.000’000.000
• Registro de cámaras de seguridad, instaladas por toda la casa.
Adicionalmente, se logró la incautación de abundante documentación, entre la que figura:
• Certificados electorales en masa, guardados en cajas y bolsas.
• Fotocopias de cédulas de ciudadanía.
• Documentos y planillas electorales.
• Listados con nombres de votantes y líderes que estaban organizados presuntamente para la compra de votos.
• Formatos firmados para certificar el compromiso de compra de voto.
• Organigramas detallados de seguimiento y operación.
Tenían además un sistema organizado para identificar a los líderes y hacer la trazabilidad del proceso de compra de sufragios, a través del uso de dos formatos: las actas de compromiso y el seguimiento de cada votante.
Para verificar que se hubiera sufragado en un puesto específico, la campaña pedía los certificados de votación y, sobre estos, grapaba un papel con código QR, que llevaba el dato del municipio y el nombre del líder al que se le atribuía el voto. De esta forma, se garantizaba que el dinero entregado al comprador correspondiera con el número de votos ofrecido por él a la campaña.
Se llevaba una contabilidad detallada en una planilla adicional, en la que se hacía la relación de los líderes, el municipio al que pertenecían y los gastos de la jornada. Al parecer, cada voto era pagado a $40.000, con un subsidio de $5.000 de transporte.
El monto a pagar a cada uno de ellos variaba de acuerdo con la cantidad de votos ofrecida y si se superaba ese número, aumentaba también el valor del voto.
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