Ha sido muy doloroso y a veces solitario: sobreviviente de Armero ha buscado a su hijo por 40 años
Claudia Ramírez perdió a sus padres y a su hijo en la avalancha de 1985. Un testigo asegura haber visto al niño con vida.
Noticias RCN
12:05 p. m.
Son muchos los sobrevivientes que recuerdan la tragedia de Armero de distintas formas, algunos con mucho dolor por la pérdida de sus seres queridos. Ese es el caso de Claudia Ramírez quien la noche del 13 de noviembre de 1985 perdió a sus padres y a su hijo.
Claudia se salvó porque ese día se encontraba estudiando en Bogotá. "Era un día normal, nosotros teníamos una alerta amarilla por inundación, pero nunca tuvimos una alerta por avalancha", recordó.
En diálogo con Noticias RCN aseguró que solo se enteró de la magnitud de la catástrofe cuando vio las noticias esa noche. Una prima logró contactar a su madre minutos antes de que ocurriera la avalancha, siendo la última persona en hablar con ella.
Una búsqueda dolorosa y solitaria tras la tragedia de Armero
Su hijo tenía pocos años cuando la avalancha del volcán Nevado del Ruiz sepultó a Armero. Su búsqueda comenzó cuando un amigo le aseguró haber visto en televisión a un niño llamado Andrés que buscaba a su mamá Claudia.
"Ha sido una búsqueda muy dolorosa, a veces muy solitaria (...) Nuestros hijos no son desaparecidos, sino son perdidos. Los niños salieron vivos de la avalancha, debían estar bajo el cuidado y la custodia del Bienestar Familiar y desafortunadamente esta fue una tragedia que sobrepasó todos los estamentos, no se tuvo el cuidado que se debía haber tenido con la infancia".
Ramírez señala que el entonces presidente Belisario Betancur prometió que los menores estarían bajo custodia del Bienestar Familiar, pero no se generaron lazos post-tragedia para que las familias pudieran reencontrarse.
"Los sobrevivientes de Armero quedamos atomizados por todo el país, incluso por todo el mundo. Nunca tuvimos un lazo para retornar y podernos reunificar".
La Fundación Armando Armero se solidarizó con su historia desde el principio, lo que permitió que otras familias compartieran casos similares de niños que sobrevivieron pero fueron separados de sus familias.
"Uno no se rinde, como mamá jamás se rinde y seguiré buscando a Andrés hasta el último día de mi vida, pero espero, tengo la confianza y la fe de que lo voy a encontrar".
Ramírez cree que muchos fueron acogidos por familias que les brindaron amor y cuidado. "Yo no tengo sino agradecimiento para estas familias porque sé que crecieron felices" e hizo un llamado a las familias adoptivas para que revelen la verdad a estos jóvenes, que actualmente tienen entre 40 y 46 años. "Ellos merecen saber la verdad".