La lucha para mantener vivo el legado de Rosa Elvira Cely

Rosa Elvira Cely / Foto: Cortesía

"Que el nombre de mi hermana esté en un libro, en un mural, en una escuela o en cualquier lugar, es lo que permite que se le haga memoria”, dice Adriana Cely.


Katheryne Ávila

may 24 de 2022
01:00 p. m.

Unirse al canal de Whatsapp de Noticias RCN

“Para mí, Rosa Elvira es fuerza, es lucha, es no desvanecer. Hay días, y sobre todo en estas fechas, que son tan fuertes que yo no quisiera ni levantarme, a veces no me dan ganas de salir y me siento con un dolor muy profundo, pero ella misma me muestra y me dice: ‘oiga, si yo fui capaz de despertarme, coger ese celular, llamar, decir dónde estaba, ¿por qué usted no va a poder hacer otras cosas?’, creo que ella me dio la fuerza y la lucha para poder seguir adelante”. Esto es para Adriana Cely lo que le dejó su hermana, Rosa Elvira Cely.

En mayo del 2012 Rosa Elvira fue agredida sexualmente, torturada y asesinada en el Parque Nacional de Bogotá. Tras 10 años de su feminicidio, su hermana, Adriana Cely, habló con Noticias RCN sobre su legado, el cual inspiró la Ley Rosa Elvira Cely, el libro La vida es Rosa, y el Centro de Desarrollo Comunitario, ubicado en Bosa, que también lleva su nombre y fue inaugurado como un homenaje frente al caso que estremeció al país.

Ley Rosa Elvira Cely

La muerte de Rosa Elvira marcó un precedente cuando se habla de feminicidios en Colombia. Parte de su legado inició en materia legal, con la Ley 1761, que se tipificó en julio del 2015. Esta instancia permite investigar, sancionar, prevenir y atender violencias contra las mujeres y específicamente el feminicidio.

En contexto: El fin de una década: Colombia sancionó la ley Rosa Elvira Cely, víctima de feminicidio

“Cuando decimos investigar es porque para el 2012, año en el que mi hermana fue asesinada, ya existía la Ley 1257 del 2008 y esta tenía una agravante que era el asesinato de la mujer por ser mujer, que se debió haber tenido en cuenta en el proceso de Rosa Elvira”, contó Cely.

Según Adriana, cuando se cierra el caso penal de su hermana, en diciembre del 2012, la jueza hace un llamado a los abogados y a la fiscal y les dice que en ningún momento se nombró la agravante, pese a que hacerlo hubiera cambiado la condena del responsable de los hechos.

Fue por esto que ella acompañó a un grupo de abogadas que hacían parte del movimiento de mujeres, y estaban promoviendo un proyecto de ley que se fortaleció con la coyuntura del asesinato de Rosa Elvira.

Empiezo a trabajar con ellas y a entender un poco más sobre la importancia de tener una ley que considerara el delito como autónomo, y que permitiera lograr una catedra de género transversal, no solo para el derecho, sino para todas las disciplinas, para que la ley se pudiera utilizar de la mejor manera

Retos y avances de la Ley Rosa Elvira Cely

De acuerdo con cifras de la Fiscalía General de la Nación, desde el 2015, año en que fue sancionada la ley, hasta 2020, se dieron 705 sentencias condenatorias bajo la ley Rosa Elvira Cely, de las cuales 75 obtuvieron penas durante el primer semestre de ese año y en 461 casos hubo medidas de aseguramiento.

Para Adriana, aunque se está aplicando en algunos casos la ley, todavía falta mucho para llegar a la transformación que se quiere.

“Hay una falencia grandísima que es la formación, si no hay enfoque de género para los trabajadores del aparato judicial, creo que no hay un cambio, ni vamos a tener toda esa cantidad de delitos de la que estamos hablando tipificados como feminicidios. En este momento hay muchísimos casos que se están investigando si se consideran o no bajo este tipo de crimen, pero si no somos conscientes como sociedad, al saber de nuestros derechos, y si el Estado no reconoce y no le importan las vidas de las mujeres, aquí no hay nada”, puntualizó.

Lo que hace la ley es nombrar el delito, “darle un nombre es importante, muestra un rostro y cuenta una historia de una mujer que es el reflejo de lo que sucede en nuestro país con las mujeres, y que había pasado mucho antes, pero quedó impune”.

Pese a que la muerte de Rosa Elvira motivó la creación de la ley, esta se sancionó tres años después de que la mujer fuera brutalmente asesinada, por eso no la favoreció a ella. Su caso no fue tipificado como feminicidio, ni siquiera con la agravante, y según su hermana, también quedó en la impunidad.

La vida es Rosa

El libro 'La vida es Rosa', reconstruye los últimos días de Rosa Elvira Cely. Su nombre está inspirado en lo que más le gustaba a ella.

“En la última parte del libro mi sobrina (hija de Rosa Elvira) habla de la esperanza, de que la vida es rosa, es bonita. También tiene mucho que ver con una canción de Jorge Celedón que a mi hermana le gustaba, y es sobre la belleza de vivir. Unimos toda esta memoria que teníamos de ella, la música, lo que le encantaba, su nombre, y muchos elementos que nos permitieron mostrar que la vida es rosa, que tiene sentido y esperanza”.  

La historia que se cuenta en el libro reconstruye lo que logró hacer Adriana para recoger evidencias y demostrar lo que le había pasado a su hermana. Cuenta, además, quién es Rosa Elvira y es un reflejo de la sociedad y de las personas que han sido víctimas de violencia. Visibiliza los ataques contra las mujeres, y hace un trabajo importante de “pedagogía, de sensibilizar y de hacer entender a la sociedad que esto no solamente le pasó a una mujer, sino que les había pasado a muchas y les sigue pasando”.

Puede leer: Feminicidio en Colombia: cifras, cómo identificarlo y claves para evitarlo

Este libro ha llegado a universidades, colegios y funcionarios públicos, y se ha convertido en una estrategia para mostrar un caso que, según Adriana, es la punta del iceberg. Pero no solo ha ayudado a educar, también fue para la hermana de Rosa Elvira, una forma de sanar.

“Eso me ayudó muchísimo, me permitió no solo contarlo sino también entender, por qué cuando hablas de algo lo comprendes mejor (…) sentarme a leer el libro y transmitir eso, porque puedo hacerlo por ser su hermana, por lo que viví con ella, me permite tocar fibras para esa transformación que se quiere”.

Centro de Desarrollo Comunitario Rosa Elvira Cely


En la localidad de Bosa, hay un lugar que recibe, apoya, y acompaña a las mujeres que, como Rosa Elvira, son víctimas de violencia. “Lleva el nombre de mi hermana. Yo estuve en la inauguración y para mí fue muy satisfactorio y es un orgullo darse cuenta de que no la han olvidado, pero que, además, en honor a ella, se piensan espacios para las mujeres, de cuidado y atención”.

Este centro es una “manzana del cuidado”, está creado para “cuidar a las cuidadoras”. El trabajo que allí se hace permite que las mujeres puedan ir con sus hijos, pero estén en espacios diferentes, para que ellas tengan un tiempo a solas y puedan ser atendidas psicosocial y jurídicamente.

Para Adriana, que el nombre de su hermana esté en un libro de historia, en un mural, en un centro, en una escuela de kickboxing, en un monumento o en cualquier lugar, “es lo que permite que la memoria se haga”.

Las acciones colectivas son un homenaje a Rosa Elvira, en días como el 24 de mayo de 2022, cuando se cumplen 10 años de su asesinato. “Toda la lucha, no solamente en esos cinco días en los que mi hermana batalló por su vida en el Hospital Santa Clara, sino que durante toda su vida fue un enfrentamiento, es el reflejo de lo que nos toca a veces a las mujeres sufrir en temas de violencia”, afirmó Adriana.

Para ella, violencia también fue que su hermana no pudiera acceder a una educación a la edad que debía, que al ser madre joven no pudiera estudiar y trabajar porque tenía su hija pequeña, que conseguir un trabajo por no tener una formación le fuera difícil, “y eso sumado a lo que tuvo que sufrir, porque fue un vejamen de violencia, un cúmulo de situaciones que vivió cuando fue secuestrada, torturada, violentada, abusada y empalada, y es lo que permite visibilizar lo que viven muchas mujeres en el país. Llega como un caso emblemático, pero también es para que entendamos, y podamos llegarle a la sociedad”.

El legado de Rosa Elvira Cely

Su muerte ha motivado diferentes iniciativas para evitar que casos similares vuelvan a ocurrir. “Son muchas las mujeres que están previniendo estas violencias, que están organizándose y crean colectivos para evitar que siga pasando, que otra mujer como Rosa Elvira muera. Cuando yo veo un 8 de marzo a las mujeres saliendo a visibilizar y mostrar que estamos vivas, juntas y que no estamos solas, pienso que esa es la forma en que para mí está la memoria de mi hermana. Tener tantas personas que buscan transformar, poder ayudar a otras y hacerles entender que no tienen que ser víctimas de violencia, es la mejor manera de conmemorar a Rosa Elvira”.

Lea, además: ¡Preocupante! Aumentan los casos de feminicidio en Colombia

Aunque han pasado años de la muerte de su hermana, Adriana la recuerda con nostalgia. “Es duro, y a pesar de 10 años todavía siento ese nudo en la garganta, pero siento que eso es lo que me mantiene viva, y el día que yo no sienta eso es porque dejó de importarme, porque creo que esa es la memoria, el sentir de la situación y el poder recordarla de una manera distinta, que la extraño, pero que, adicional pienso en por qué tenía que suceder esto y qué tengo que hacer yo para que no vuelva a pasar y para no sentirme frustrada. Porque es eso, a veces yo digo, vienen tantos casos, les pasa tantas cosas a tantas mujeres y uno dice, pero después de diez años, ¿estamos peor?, esa es mi pregunta”, concluyó.

Para conmemorar una década del asesinato de su hermana, este 24 de mayo, Adriana visitará de nuevo el Parque Nacional junto a sus amigas y familiares, quienes han caminado junto a ella durante estos 10 años.

Afirma que quiere sentirse acompañada y arropada por sus allegados. “Es poder recoger en el parque esa energía bonita de todas, para desde este 24 mostrar otras cosas en temas de cultura y justicia, que se pueden hacer desde el dolor”.

Unirse al canal de Whatsapp de Noticias RCN

Otras noticias