El mareo volvió al Buque Escuela Gloria por cambios repentinos del océano
En el día 85 de la navegación, el buque volvió a navegar a vela luego de 20 días.
El Buque Escuela Gloria está transitando por el océano Atlántico, a menos de 24 horas para volver a cruzar el meridiano de Greenwich. Falta poco tiempo para que la navegación llegue al sexto puerto de la travesía, Bélgica.
El buque volvió a navegar en vela
Después de 20 días, la navegación volvió a navegar a vela a la altura de Brest, Francia. La tripulación sigue expectante, debido a que en cuatro días llegarán a Amberes.
El frío es intenso en el océano Atlántico. El buque volvió a navegar a vela por los fuertes vientos en la zona que superan los 50 kilómetros por hora. Las 10 velas ayudan a impulsar a la navegación hasta su destino.
Toda la tripulación ayudó en cazar las velas. Primero toca liberarlas y luego estar preparados para mantenerlas estables. Esta labor ha sido enriquecedora para los alumnos, quienes cumplen su sueño a bordo del embajador flotante.
Contra los pronósticos, el mar ya ha empezado a cambiar. Si bien antes habían condiciones normales, todo cambió y ha hecho que varios marinos se mareen durante el recorrido. El embajador está a 440 millas de llegar al punto de fondeo.
Los marineros recordaron como los trataba el mar hace algunos meses, pero ahora las condiciones han cambiado rápidamente. Esto ha generado que varios tripulantes tengan que ir al borde por causa del mareo, especialmente los nuevos alumnos.
El leve movimiento del buque ha vencido a algunos, mientras que los alumnos que no han tenido mareo se destacan por permanecer invictos. Esta situación es normal, por el hecho que no todos los cuerpos se acostumbran del mismo modo a los cambios.
El malestar ha hecho presencia por los cambios repentinos del mar
“Con el pasar del tiempo, si siento malestar; pero ahí es donde empieza a tomar importancia la frase que todo es mental”: dijo la guardiamarina Chelsea Torres.
El teniente Edgar Gomescaseress dispuso de su reciente clase para hablar de este tema y explicarle a los tripulantes qué hacer para acostumbrar al organismo ante las adversidades.
Gomescaseress dijo que la navegación está pasando por un centro de altas presiones, lo cual hace que sean propensos a vientos fuertes, pero también al sol radiante: “Es un proceso de adaptación que todos enfrentamos como marinos y que nos permite auto conocernos para saber cuál es nuestro comportamiento ante cualquier situación”.
A pesar de todo, la tripulación es consciente que la mejor forma para hacerse fuerte es saber responder ante la incertidumbre que traen el mar y los vientos.
Los alumnos de la fase II aprovecharon las cámaras de Noticias RCN para enviarle mensajes a sus familiares en Colombia, quienes están orgullosos de su labor.