La verdadera cara de 'Martín Sombra', el carcelero de las Farc

'Martín Sombra', el primer objetivo de las autoridades en la serie del Canal RCN 'Comando Élite', no es un personaje de ficción. Este hombre, que estuvo por más de 35 años en las Farc, llegó a ser uno de los más curtidos guerrilleros de ese grupo ilegal, además de uno de los peces gordos por su importancia en la organización: era el encargado de cuidar a los secuestrados y recibía órdenes directas de 'Manuel Marulanda', (Tirofijo), y el 'Mono Jojoy'.

'Martín Sombra' fue el cerebro detrás de los campos alambrados en los que se mantenían a los secuestrados. Bajo su custodia llegó al mundo Emmanuel, el hijo de Clara Rojas. Incluso, según contó él mismo en una entrevista, participó en la cesárea que se le practicó a Rojas en medio de la selva y fue quien se encargó de los cuidados del bebé en sus primeros días de vida.

También mantuvo cautiva a Íngrid Betancourt, a los tres contratistas norteamericanos y a políticos como Jorge Eduardo Géchem y Luis Eladio Pérez. 

Hasta su captura en 2008, Helí Mejía Mendoza, verdadero nombre de 'Martín Sombra', sobrevivió a 50 distintos ataques del Ejército y la Policía y fue el responsable, según la Fiscalía, de al menos 300 homicidios en todo el país.

Según declaró él mismo después de su detención, su primer asesinato lo cometió a los 10 años, en la década de los 40. 'Martín Sombra' dijo que esa muerte fue la que le mereció el apodo con el que se le conoce hasta hoy. Eso, porque el hombre que mató era negro. Desde entonces, su vida estuvo en el lado del crimen. 

Su padre, Helí Mejía, murió en el departamento del Tolima con una bala metida entre las costillas, víctima de La Violencia política de los años 50. Se le conocía como 'El Tigre' y era el líder de la guerrilla liberal de la zona de Herrera, en Tolima. 

Helí padre fue un amigo personal de Manuel Marulanda Vélez, alias 'Tirofijo'. Eso, dijo el guerrillero, fue la razón definitiva para unirse a las Farc, para quedarse del lado de 'Tirofijo'.

'Martín Sombra' no salió de la selva desde entonces. Dijo en sus declaraciones ante la Fiscalía que prefería el monte, la vida de la jungla, a permanecer en la sociedad convulsa, hecha trizas luego del 'Bogotazo'. Contó, por ejemplo, que en el Tolima los conservadores también mataron a uno de sus tíos. Pero que antes lo castraron y le pusieron los genitales en la boca.

Se supone que su personalidad arriesgada y su manejo de armas de fuego a temprana edad, lo llevaron a destacarse entre las filas de la naciente guerrilla de las Farc. Sus cualidades culinarias también estuvieron de su lado.

De acuerdo con relatos suyos, en Navidad preparaba tamales y era capaz de cocinar hasta 3.500 panes para los guerrilleros. Por eso, dijo, dejaba que Íngrid Betancourt preparara tortas de chocolate que ella compartía con otros políticos y con los uniformados que estaban en cautiverio con ella. 

En la selva también aprendió a curar los cuerpos. Era un hombre experto en matar que podía salvar vidas, las ironías de la vida violenta. 

Pero si algo caracterizó la vida guerrillera de este hombre fue su crueldad. Encerró a los secuestrados en jaulas hechas con alambre de púas y fue el responsable del ataque a la estación de policía de Mitú, en 1998, en la que secuestró a 61 uniformados.

También planeó y dirigió las tomas de la base militar de Los Girasoles y de Puerto Rico, en Meta. Él mismo entrenó a 200 guerrilleros durante meses en el manejo de explosivos, manejo de armas largas y también les enseñó métodos para degollar a los enemigos.

'Martín Sombra' se hizo famoso por las llamadas caminatas de la muerte, en las que hacía que los secuestrados anduvieran a pie durante días enteros, sin parar, para huir de las aeronaves que los buscaban en las selvas. Además, dijo, estaba decidido a asesinar a los cautivos en su poder en caso de que hubiese un ataque militar en su contra.

Los guerrilleros bajo el mando de 'Martín Sombra' también sabían que una imprudencia se podía pagar con la muerte. 'Sombra' confesó que él mismo castigó al guerrillero que era el padre de Emmanuel, el hijo de Clara Rojas. Hombre de quien, hasta hoy, se desconoce su paradero.

Esos métodos lo llevaron a ser el hombre de confianza de la cúpula de las Farc. No en vano fue el custodio de los secuestrados por siete años ininterrumpidos. Se sabe que a inicios de los años 90 viajó a Venezuela a comprar armas y a entablar relaciones con las guerrillas bolivarianas de ese país.

También se le ordenó crear y restructurar al menos diez frentes de las Farc. Lo hacía con mano de hierro. Según algunos desmovilizados que estuvieron bajo su mando, no les daba más que una comida al día mientras la Leishmaniasis les devoraba la piel.

El 21 de febrero de 2008, 'Martín Sombra' se dirigió a Saboyá, en Boyacá, por órdenes de Guillermo León Sáenz, alias 'Alfonso Cano'. Allí, le iban a entregar un dinero para un viaje que iba a realizar a Venezuela por supuestos asuntos médicos. Sin embargo, miembros de la fuerza pública lo detuvieron en este pueblo donde terminó su paso por el mundo de la guerrilla.

Hoy, después de tanto dolor, de tanta sangre, 'Martín Sombra' purga en una cárcel de máxima seguridad varias condenas. El año pasado, se le vio en un tribunal de Justicia y Paz en Villavicencio, donde les pidió perdón a algunas de sus víctimas. Personas que vieron pasar los mejores años de sus vidas tras las alambradas que él construyó.

Lo cierto es que la historia que cuenta 'Comando élite' describe, con mucho apego a la realidad, al 'Carcelero de las Farc'. Un hombre que aunque nunca alcanzó a ingresar a la cúpula de la guerrilla, era pieza clave en las Farc. Tanto que su captura fue un gran éxito para las autoridades y marcó un punto de inflexión a favor del Estado en la lucha contra la insurgencia.