Magistrado Tejeiro: asesinato de Miguel Uribe es un ataque frontal a la democracia
El presidente de la Corte Suprema pidió reflexionar sobre el papel de cada ciudadano en la paz, la justicia y la democracia tras el crimen de Miguel Uribe.
Noticias RCN
07:09 a. m.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Octavio Augusto Tejeiro, envió un mensaje de solidaridad a la familia de Miguel Uribe y pidió a todos los colombianos reflexionar sobre su papel en la construcción de paz, justicia y democracia.
"Es un ataque a toda la sociedad", presidente de la Corte Suprema de Justicia
En entrevista con Noticias RCN, el magistrado Octavio Augusto Tejeiro, presidente de la Corte Suprema de Justicia, expresó primero un mensaje de acompañamiento:
“Lo principal en este instante es reconocer y enviar a la familia de Miguel una expresión de solidaridad y condolencia. Todos los colombianos debemos reconocernos en ese dolor”.
De inmediato añadió un mensaje de alcance nacional:
“Este magnicidio fue un ataque frontal a la democracia y a los valores esenciales: la justicia, la paz y la vida democrática del país”. Para Tejeiro, la agresión contra un actor político supone una afrenta aún mayor a la institucionalidad.
El magistrado destacó que el país atraviesa un momento de "dolor y muchas preguntas", por lo cual las instituciones públicas deben ser refugio para la ciudadanía. Respecto al rol que deben jugar los colombianos y las autoridades para romper el ciclo de violencia, subrayó una visión estructurada:
“El cumplimiento estricto de la Constitución de 1991 es el primer deber de todos los colombianos. Y, además, cada uno debería aportar, al menos una vez al día, una acción democrática, justa y pacífica. Si lo hiciéramos, tendríamos 52 millones de actos en favor del país”.
Tejeiro insistió en el valor de los comportamientos cotidianos y ciudadanos para fortalecer la convivencia democrática.
Mirada histórica para fortalecer el futuro
El magistrado también recordó que en 2025 se conmemoran 40 años del ataque al Palacio de Justicia (1985), un momento clave que, según él, no solo atentó contra la justicia, sino contra la sociedad entera:
“Ese hecho sangriento y doloroso atacó las raíces de una sociedad que aspira a ser pacífica. Debe servir para reflexionar sobre lo que estamos construyendo y qué vamos a dejar a las nuevas generaciones”.
Con este punto, estableció un paralelismo directo entre el magnicidio de Uribe y el evento de 1985, invitando a la ciudadanía a convertir el duelo en acción democrática.