Mujeres que inspiran: perdió la vista pero no las ganas de emprender

Un día la luz de los ojos para esta luchadora de 38 años se apagó, y aunque pensó que su mundo se derrumbaba, se encendió la chispa del emprendimiento.


Noticias RCN

sept 29 de 2020
10:51 a. m.

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La historia de Rosa Angulo es otro ejemplo de mujeres que nunca se rinden a pesar de las adversidades, incluso cuando se ha perdido la vista. Lo que a simple vista para los cientos de clientes de Rosa es una rutina normal, para ella es cuestión de tacto. Así es como los percibe cuando llegan a su tienda.

Un día cualquiera, la luz de los ojos para esta luchadora de 38 años se apagó, y aunque pensó que su mundo se derrumbaba, la penumbra encendió la chispa del emprendimiento.

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“La enfermedad de mi vista llegó de un momento a otro. Me acosté a dormir y cuando me levanté ya veía borroso. Fui perdiendo la vista poco a poco y ya no veo nada”, cuenta Rosa Angulo.

Pero como dice ella, cuando un sentido se pierde, otro se agudiza. Sus manos distinguen con tal perfección cada producto en las vitrinas, que logra en cuestión de segundos despachar la surtida demanda de sus compradores en el barrio Potrero Grande. “Mi hijo el mayor también me ayuda, me pone a tocar todo, no me pierdo”, afirma.

“La sal es más fina que el azúcar, el arroz, los granos son más gruesitos y las bolsas son diferentes. Hay uno que es más pequeño, otro más largo”, detalla la emprendedora.

Las texturas lo son todo en esta tienda, incluso para dar las vueltas con precisión de cirujano. Así es como Rosa sufraga los gastos de su casa, de la tienda, las necesidades de sus hijos de 21, 19 y 17 años y hasta del nieto de nueve, quienes se turnan para asistir a la versátil tendera.

“De ahí sale para los transportes, que necesitan peluquearse, de ahí sale. Por ejemplo, mi nieto está enfermo de la vista y le compré las gafas”, manifiesta.

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Entre aceite, panelas y galletas que distingue mejor que cualquiera, el próximo reto es cumplir la aspiración de su hijo para ingresar a la Armada Nacional y convertir a su nieto en abogado.

Para quienes se preguntan, ¿cómo lograrlo?, Rosa nos despeja su sencilla fórmula del éxito: “que sean guapos y valientes”.

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