"Les escribo desde mi corazón y mi memoria": Carta de Otty Patiño para el ELN

Este miércoles 15 de enero se conoció una carta redactada por el comisionado de Paz, Otty Patiño.

Otty Patiño escribió una carta dirigida al Ejército de Liberación Nacional

El escrito, dirigido al Ejército de Liberación Nacional, hace un llamado a la guerrilla para avanzar en las negociaciones de paz y demostrar su compromiso a través de gestos concretos, como el fin del secuestro, una práctica que ha marcado profundamente el sufrimiento del país.

En su carta, Patiño narra su historia personal como revolucionario inspirado por el padre Camilo Torres, quien soñaba con un Frente Unido que superara las divisiones impuestas por el Frente Nacional.

“Nací a la vida revolucionaria con el padre Camilo Torres cuando él recorría las calles de Colombia predicando la buena nueva de un Frente Unido de todo el pueblo colombiano que superase el estrecho Frente Nacional de los dos partidos tradicionales”, se lee en la carta.

Además, dijo que Torres lo “convocó su voz tranquila, sus ademanes pausados, la amplitud y generosidad de su discurso. Les escribió a los campesinos, a los obreros, a los estudiantes, a los militares, a los políticos, a todo mundo. Incluso a las jerarquías eclesiásticas que lo habían despojado de su condición clerical y hasta la oligarquía que lo repudiaba y amenazada por sus prédicas revolucionarias”.

El comisionado también expone cómo las decisiones tomadas desde entonces han moldeado su visión de un cambio sustentado en la justicia y la paz.

Asimismo, relata episodios cruciales de su vida, como la decisión de denunciar una conspiración contra el hoy presidente Gustavo Petro durante su alcaldía en Bogotá, sacrificando amistades por el bien mayor.

El mensaje de Otty Patiño para el ELN

En la carta, Patiño también destaca el caso del Frente Comuneros del Sur, una facción del ELN que demostró voluntad de transitar hacia la paz en el 2024. Este proceso, que involucró a comunidades indígenas y organizaciones internacionales, representa un ejemplo tangible de cómo la paz puede arraigarse en los territorios.

“Supimos desde principios del año pasado de la voluntad del comandante de ese frente guerrillero de avanzar en el camino de la paz acogiendo la voluntad política y la sensibilidad social de las comunidades donde dicho frente ha hecho presencia en la zona cordillerana del departamento de Nariño por más de 30 años”, agrega.

Asegura que “para esas comunidades la elección de Gustavo Petro significó el momento de abandonar las prácticas dañinas de las economías de la coca y de la explotación ilegal de oro, y avanzar hacia un estadio de mejor-estar económico, moral, ambiental y cultural”.

Sin embargo, la respuesta del Comando Central del ELN a esta iniciativa reflejó una preocupante resistencia al cambio.

Las acusaciones de traición y las amenazas contra los líderes de los Comuneros, así como contra figuras como Álvaro Jiménez, para él, revelan una falta de comprensión sobre la necesidad de adaptarse a los anhelos de las comunidades.

Patiño enfatiza que la paciencia del Gobierno y la sociedad no es infinita.

“Desde mi punto de vista, esa generosidad y esa paciencia han sido interpretadas por el Comando Central del ELN como debilidad de nuestro gobierno. Pero la paciencia no es eterna ni la generosidad es infinita".

"Como ya lo señaló el señor presidente en este año 2025 los ilegales deben decidir entre la violencia y la paz. Con hechos y manifestaciones concretas. De modo que a finales de este mes de enero sabremos cuál es la definición del Ejército de Liberación Nacional. Si se mantienen en el ejercicio de la violencia o escogen el camino de la paz con hechos ciertos”.

Para el comisionado, el ELN tiene una oportunidad para demostrar su compromiso con la paz, poniéndole fin al secuestro, una práctica, que ha generado un dolor incalculable en el tejido social colombiano y que debe cesar como una muestra de buena fe.

“Si el Ejército de Liberación Nacional, su Comando Central, quiere tener un reconocimiento social como actor político, deberían acoger plenamente los dictados del Mandato por la Paz y yo, sumo a esto: Prescindir totalmente del sicariato moral y físico contra persona alguna y mucho menos contra quienes han trabajado toda la vida, como es el caso de Álvaro Jiménez, por la instauración de una Colombia con una democracia plena, con justicia social, donde las diferencias puedan ser resueltas en paz y donde nadie tenga que huir de su territorio, o de su oficio, o de su país por viles amenazas contra su vida o su honra”.