Sansón, el perro héroe que perdió una pata salvando a 36 soldados de una mina del ELN en Antioquia
En medio de una operación militar en Yondó, el canino del Ejército detectó un explosivo antes de que detonara.
Noticias RCN
12:02 p. m.
Un acto de heroísmo canino ocurrió el jueves 10 de julio, hacia las 10 de la mañana, cuando una fuerte explosión se escuchó en la vereda La Raya, en el municipio de Yondó, Antioquia.
En ese terreno, un artefacto explosivo improvisado dejó gravemente herido a un integrante del Ejército que no empuñaba un arma, pero sí salvaba vidas. Se trata de Sansón, un perro belga malinois de cinco años.
El perro héroe que perdió una pata salvando a 36 soldados de una mina en Antioquia
Miembro del grupo antiexplosivos EXDE, Sansón arriesgó su vida por instinto y entrenamiento, detectando el artefacto justo antes de que este se activara.
La detonación lo alcanzó de lleno, destrozándole una de sus patas. Pero su acción hizo que 36 soldados del pelotón y varios campesinos de la zona, que utilizan ese mismo sendero para movilizarse con su ganado, se salvaran gracias a la intervención de este canino militar.
Su guía, el soldado profesional Carlos Eduardo Beleño González, fue quien lo encontró después del estallido. Arrastrándose entre el barro, con la pierna destrozada, Sansón respondió al llamado de su compañero.
¿Quién habría instalado la mina que dejó herido al perro?
La mina antipersonal que activó Sansón habría sido instalada por miembros del Frente Édgar Amílkar Grimaldo Barón del GAO ELN. No era un camino exclusivo de las tropas, sino un sendero utilizado por la población civil, incluidos niños, ancianos y campesinos que se desplazan entre veredas para sus labores diarias.
"Los grupos armados no miden el impacto de su intención de afectar a la tropa", dijo con tristeza el guía de Sansón, al recordar el momento en que vio a su compañero herido.
¿Cómo está Sansón tras la perdida de su pata por la mina?
Tras ser evacuado de la zona, Sansón fue trasladado a una clínica veterinaria especializada, donde los médicos determinaron la necesidad de amputarle la pata afectada. Esa cirugía marcó el fin de su carrera como antiexplosivos, pero no de su servicio.
Durante 18 meses, Sansón y Beleño trabajaron como binomio. Se entrenaron juntos, patrullaron veredas y detectaron amenazas. Hoy, ese vínculo continúa, ya que el guía no lo abandona. Lo cuida, lo acompaña, lo sostiene.
De momento, la recuperación avanza lentamente, con el apoyo de veterinarios, cuidadores y los propios compañeros del pelotón. Mientras tanto, las operaciones en la zona continúan.