Polémica por contenidos en redes sociales de una juez de garantías en Norte de Santander

Vivian Polanía es una juez de 32 años de edad, que desde hace algún tiempo se dedica en su tiempo libre a hacer ejercicio de alto impacto. Afirma que le gusta el crossfit señalando que, además, es una disciplina que le ayuda a liberar tensiones.

La mujer se ha vuelto muy popular en las redes sociales, donde, por ejemplo, en Instagram ha superado los 87 mil seguidores.

Sin embargo, las fotos y videos que sube a las redes han generado incomodidad para algunas personas de su entorno profesional, señalando que estas son sugestivas y provocadoras.

La situación ha generado una polémica, pues, aunque ella afirma que todas las fotografías son tomadas en la privacidad de su apartamento, ha despertado comentarios adversos por parte de sus colegas, quienes además le han expresado su rechazo de forma pública e incluso le han amenazado con procesos disciplinarios.

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“Dios nos hizo desnudos, es el hombre el que le pone la vergüenza al cuerpo”, afirma la juez, quien manifiesta que algunas de las acciones en su contra representan una violación a su libertad de expresión.

Uno de esos hechos se presentó el pasado 7 de septiembre, cuando el Consejo de la Judicatura de Norte de Santander envió una circular a sus funcionarios que dice:

Deberes: cuidar de que su presentación personal corresponda al decoro que debe caracterizar el ejercicio de su elevada misión.

Prohibiciones: realizar en el servicio o en la vida social actividades que puedan afectar la confianza del público u observar una conducta que pueda comprometer la dignidad de la administración de justicia.

En contra posición, el pasado 14 de septiembre, la jueza Polanía le envió una carta a la magistrada de Norte de Santander, Marta Cecilia Camacho que dice lo siguiente:

“Estando en su despacho, usted me manifestó que no estaba de acuerdo con mi forma de vestir, mis tatuajes, piercing, ni con las fotos de mi Instagram, a lo cual le contesté sorprendida que usted llevaba una blusa con escote y minifalda. Se molestó muchísimo y cuestiono de qué clase de familia prevenía y los problemas psicológicos que tenía. Le exigí respeto y finalmente me amenazó con abrir un proceso disciplinario. Le respondí que lo hiciera”.

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A lo anterior se suman los “encontrones” que la mujer ha tenido con el abogado penalista Marlon Díaz, con quien, el pasado 31 de agosto, sostuvo una discusión durante una audiencia virtual, tras la cual él aseguró que la jueza “tuvo un comportamiento grosero, que hubo una actuación injusta por parte de la jueza”, señalando a su vez que habría sido arbitraria en el desarrollo y dirección de esa audiencia preliminar.

Díaz señaló que, durante la diligencia, “se interrumpió a la defensa que no estaba haciendo ninguna manifestación impertinente, todo lo contrario, me estaba oponiendo de manera legítima a una petición que había hecho mi contraparte”.

El abogado aseguró que dentro de esa misma audiencia “se escucharon risas por la respuesta que yo dije, entonces se rompen los deberes de los funcionarios judiciales y específicamente las reglas de cortesía”.

Marlon Díaz interpuso en contra de Polanía una queja el 10 de septiembre, manifestando que “debe quedar absolutamente claro que la queja que formulo es por lo que ocurrió en la audiencia y no tiene nada que ver con la situación por fuera de esa audiencia”.

No obstante, la juez dio a entender, que esta queja estaría relacionada con el malestar que ha generado en su entorno laboral por las fotografías relacionadas con las actividades que desarrolla en su tiempo libre.

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