Psicólogo recorre las calles de Bogotá para detectar y ayudar a víctimas de trata de personas
La estrategia no solo busca identificar posibles casos, sino también orientar, apoyar y acompañar a quienes ya han sido víctimas.
Noticias RCN
08:19 p. m.
Daniel Cifuentes no es un psicólogo común. Desde hace cinco años recorre las calles de Bogotá con una misión silenciosa pero urgente: detectar señales que podrían pasar desapercibidas para muchos, pero que para él son indicios de un crimen que arrebata la libertad, la dignidad y la vida: la trata de personas.
“Básicamente es una forma en que una persona le quita toda dignidad a otra, la convierte en mercancía, en un medio para hacer dinero”, explica con voz firme mientras camina por sectores donde la vulnerabilidad y la desesperanza son terreno fértil para este delito.
La estrategia que lidera, impulsada por la Secretaría de Gobierno y la Secretaría de Seguridad de Bogotá, no solo busca identificar posibles casos, sino también orientar, apoyar y acompañar a quienes ya han sido víctimas para que puedan reconstruir sus vidas.
Un delito que se disfraza de oportunidades
Daniel ha aprendido en la calle que la trata de personas no siempre se presenta con cadenas o amenazas visibles. A veces llega disfrazada de una beca académica, una promesa laboral o la oferta de un supuesto mejor futuro en el extranjero. “Se aprovecha de la vulnerabilidad económica, de la falta de acceso a la educación o al mercado laboral”, señala.
La modalidad del delito tampoco es única: explotación sexual, trabajo forzado, mendicidad ajena —muchas veces utilizando menores de edad—, matrimonios serviles e incluso extracción de órganos hacen parte del siniestro catálogo con el que operan estas redes.
En su recorrido, Daniel no solo detecta señales. Escucha, orienta, acompaña. En cada conversación busca devolverle a alguien algo de lo que la trata le quitó: la esperanza.
Esta estrategia integral no solo salva vidas. También visibiliza una realidad dolorosa y persistente en Bogotá y en muchas otras ciudades del país. Porque, como lo ha aprendido Daniel, para combatir la trata de personas no basta con buscar… hay que estar dispuesto a mirar donde nadie más mira.