¿Quién es la esposa de Miguel Uribe y a qué se dedica?
Ella estuvo presente en todos los momentos clave de la vida pública y personal del senador.
Noticias RCN
02:39 p. m.
En la trayectoria de Miguel Uribe Turbay, su esposa, María Claudia Tarazona, jugó un papel silencioso pero fundamental.
Su presencia se remonta a más de una década, cuando su camino profesional coincidió con el del entonces joven político bogotano. Desde entonces, su relación se convirtió en un equipo de trabajo y de vida.
¿Quién es la esposa de Miguel Uribe y a qué se dedica?
María Claudia Tarazona es abogada de profesión y oriunda del departamento de Sucre. Antes de vincularse al trabajo político junto a Miguel Uribe, desarrollaba proyectos relacionados con la cooperación internacional y programas de desarrollo social.
En 2011, su vínculo con la política local inició cuando Uribe la invitó a sumarse a su campaña al Concejo de Bogotá. Lo que empezó como un apoyo puntual en un proceso electoral se transformó en una colaboración permanente y cercana.
Su papel inicial, centrado en acompañar actividades y brindar respaldo logístico, evolucionó con el tiempo hasta convertirse en el de principal consejera y mano derecha de Uribe.
No solo lo acompañaba en recorridos y actos públicos, sino que también participaba en la planeación estratégica de campañas y en el diseño de mensajes, influyendo en el rumbo de sus aspiraciones políticas.
¿En qué momento se convirtieron en esposos?
En mayo de 2016, la relación se formalizó con el matrimonio. Ella ya era madre de tres hijas, María, Emilia e Isabela, fruto de una relación anterior.
Sin embargo, Miguel Uribe asumió un rol paterno con ellas, integrándolas plenamente a su vida. Luego, fue en 2019 que nació Alejandro, el hijo que tuvieron juntos, completando así una familia de cuatro hijos, que se convirtió en uno de los ejes centrales de la vida del senador.
María Claudia Tarazona acompañó cada paso de Miguel Uribe Turbay
Su papel en las diferentes etapas políticas de Uribe fue constante: lo acompañó en su paso por el Concejo de Bogotá, durante su aspiración a la Alcaldía, en la campaña al Senado y en su más reciente proyecto de llegar a la Presidencia de Colombia.
Siempre presente en actos públicos, recorridos de campaña y eventos familiares, María Claudia combinaba el rol de madre con el de aliada política, manteniendo al mismo tiempo un perfil bajo en medios de comunicación.
Quienes conocieron de cerca el trabajo de el senador afirman que ella no solo compartía la vida personal con él, sino que también aportaba una mirada estratégica y de confianza a su equipo.
Su influencia, aunque discreta, fue considerada clave en la proyección política del senador, consolidando así una relación en la que la familia y el trabajo político iban de la mano.