El calvario que vivieron 14 colombianas siendo víctimas de trata y prostitución en México
Las víctimas fueron engañadas con promesas de empleo y sometidas a deudas impagables, control y amenazas.
Noticias RCN
07:36 a. m.
En México, continúan saliendo a la luz organizaciones que reclutan principalmente a mujeres extranjeras bajo engaños, con ofertas laborales falsas para someterlas a situaciones de explotación.
En esta ocasión, una investigación de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo permitió desmantelar un esquema de prostitución forzada que operaba en Benito Juárez, Cancún, y Playa del Carmen, donde fueron rescatadas 14 mujeres de nacionalidad colombiana.
¿Cómo encontraron a las colombianas víctimas de trata en México?
De acuerdo con la información oficial, el rescate se realizó en cumplimiento de órdenes de cateo emitidas por un juez, tras diversas labores de investigación que despertaron sospechas sobre la existencia de una casa de citas clandestina.
Los agentes de la Fiscalía, en coordinación con la Guardia Nacional, intervinieron un inmueble ubicado en el cruce de las avenidas La Luna y Del Sol, en la Supermanzana 44 de Cancún, así como otro domicilio en Playa del Carmen.
Las investigaciones previas habían detectado un patrón: hombres que llegaban en vehículos particulares al lugar, mujeres que salían poco después y regresaban horas más tarde.
Ese movimiento constante confirmó la hipótesis de que en el sitio se realizaban actividades vinculadas con la explotación sexual.
Durante la ejecución del cateo, las autoridades localizaron a seis mujeres colombianas, quienes al ser entrevistadas relataron que llegaron a México atraídas por una supuesta oferta de trabajo bien remunerado.
Sin embargo, al arribar a Cancún descubrieron que la realidad era completamente distinta: habían sido víctimas de trata de personas.
¿Quién las engañó en Colombia para caer en la red de trata?
Según las primeras indagatorias, una amiga de las víctimas, también originaria de Colombia, fue quien las contactó para ofrecerles una oportunidad laboral en Cancún.
Les aseguró que una agencia local buscaba “chicas guapas” para trabajos bien pagados, sin precisar la naturaleza del empleo.
Ante la falta de oportunidades y las difíciles condiciones económicas, las mujeres aceptaron la propuesta y se comunicaron con una mujer que se presentó como la encargada del negocio.
La supuesta reclutadora les solicitó fotografías en ropa interior o lencería como requisito para ser “contratadas”. Luego, les proporcionó boletos de avión, pagados por ella misma, y coordinó su llegada a México.
A su arribo al aeropuerto, fueron recogidas por un vehículo que las trasladó directamente a un departamento en Playa del Carmen.
Allí comenzó su calvario.
¿Cómo empezó el calvario que vivieron las 14 colombianas en México?
Apenas llegaron al departamento, las víctimas fueron despojadas de sus pasaportes y documentos personales.
La mujer a cargo del lugar les informó que tenían una deuda de 120 mil pesos, correspondiente, según ella, al costo de los pasajes, hospedaje y otros gastos.
La única forma de saldar esa deuda, les dijeron, era prestando servicios sexuales.
¿Cómo eran los encuentros de estas mujeres víctimas de explotación?
Cada encuentro tenía un costo de 2 mil 200 pesos, de los cuales mil pesos se destinaban al pago de la deuda, 700 a comisión y 400 a transporte.
De esa cantidad, las mujeres solo recibían 100 pesos, por lo que sobrevivían gracias a las propinas que algunos clientes les dejaban.
Pero su situación se agravaba con los pagos semanales obligatorios: debían entregar mil 500 pesos por la renta del departamento, además de 3 mil pesos por “piso” y cuidado, una especie de cuota impuesta por los administradores del lugar.
Si no cumplían con los pagos los días lunes, se les aplicaba una multa de 400 pesos, lo que hacía imposible liquidar la deuda inicial.
¿Quién controlaba que no se escaparan?
El sometimiento era total. Las mujeres no podían salir del departamento salvo para atender a clientes o realizar compras básicas en una tienda cercana, donde además debían depositar el dinero recaudado por los servicios.
Cuando eran solicitadas, recibían un mensaje con la ubicación y un chofer las trasladaba. Tenían la obligación de enviar su localización en tiempo real, y si no lo hacían, eran sancionadas económicamente.
Aparte, las víctimas estaban bajo constante vigilancia con cámaras instaladas en el interior del inmueble monitoreando todos sus movimientos, día y noche.
¿Cómo fue el rescate de las 14 colombianas?
La información obtenida durante el primer cateo permitió a las autoridades ubicar otro domicilio en Playa del Carmen, propiedad de la misma organización criminal.
En ese segundo operativo, los agentes localizaron a ocho mujeres más, también de origen colombiano, sometidas a las mismas condiciones de explotación y endeudamiento.
En total, 14 mujeres fueron rescatadas durante ambos operativos.
Tras su liberación, fueron trasladadas a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado, donde rindieron sus declaraciones y recibieron asistencia integral.
Finalmente, el caso quedó integrado en una carpeta de investigación y se dio aviso inmediato al Consulado de Colombia y al Instituto Nacional de Migración (INM) para garantizar su protección y atención consular.