Tras 11 intentos fallidos, el retorno de la comunidad Embera a sus territorios se hace realidad

Este jueves, en horas de la madrugada, comenzó el desalojo de los cambuches que la comunidad Embera había construido en el Parque Nacional, Bogotá, desde hace varios meses.

Este proceso de retorno marca el décimo segundo intento de la comunidad indígena por regresar a sus territorios de origen en Risaralda y Chocó.

Un regreso definitivo tras numerosos intentos

La directora de la Unidad para las Víctimas, Lilia Solano, destacó que esta vez se espera que el retorno sea definitivo. “Un buen día para la nación… dignidad”, afirmó Solano, resaltando la importancia del proceso para la comunidad indígena y para el país.

Desde las 3 de la mañana, cinco camiones han sido dispuestos para trasladar las pertenencias de las familias Emberas, y se espera que para las 6 de la tarde lleguen los autobuses que llevarán a los indígenas de vuelta a sus territorios. Líderes de la comunidad, como Fabio Arias y Nelson Murry, expresaron su satisfacción por este regreso: "Hoy amanecí contento para retornar a nuestro territorio…garantía", dijo Arias, mientras Murry añadió: “Hoy me siento alegre…Chocó”.

Compromisos y retos de la recuperación del parque

Entre los compromisos acordados con la comunidad, se destaca la destinación de 122.902 millones de pesos que se otorgarán a las familias una vez lleguen a sus territorios. Isabelita Mercado, consejera de Paz, Víctimas y Reconciliación, subrayó que "Bogotá ha decidido asumir este retorno de una manera distinta… permanencia del territorio."

Sin embargo, el trabajo no termina aquí. El secretario de Gobierno de Bogotá, Gustavo Quintero, indicó que se llevarán a cabo labores de recuperación del parque, que incluyen fumigaciones, control de plagas y restauración de la naturaleza. Por ello, se ha solicitado a la ciudadanía no acercarse a la zona durante estos trabajos. Además, aún quedan en la ciudad al menos tres grandes grupos de comunidades indígenas, lo que representa un reto adicional para las autoridades locales.

Este retorno definitivo no solo representa un alivio para la comunidad Embera, sino también un paso importante para la recuperación del Parque Nacional y la normalización de su uso por parte de los ciudadanos de Bogotá.