Segundo pico de la pandemia en Bogotá podría llegar a finales de año

El secretario de Salud de Bogotá, Alejandro Gómez, habló sobre la situación reportada por Noticias RCN en que los buses del SITP, Transmilenio y en general del transporte público, permanecen con algomeraciones durante sus recorridos.

¿Qué consecuencias pueden tener estas aglomeraciones en medio de la pandemia?

Hay que recordar que volvimos a abrir la misma Bogotá que teníamos en enero, la misma infraestructura de transporte y digamos que los retos siguen siendo exactamente los mismos con el fenómeno del covid-19. Fue eso lo que nos llevó en otro momento a tener limitación para que las personas pudieran entrar en procesos productivos.

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En este instante, por como van los números alrededor de los pacientes positivos, consideramos que podíamos volver a abrir actividades productivas, eso conlleva más gente en la vía pública y en el transporte.

De la mano de Transmilenio estamos tratando de aumentar el número de buses y frecuencias para disminuir esta congestión que ustedes están destacando, pero también, de la mano de los empresarios, hemos puesto claras las condiciones de que tenemos que tener horarios espaciados.

No todos podemos entrar a trabajar a la misma hora porque esto es un problema estructural de Bogotá que se mejorará en el mediano plazo con nuevas estrategias de transporte masivo. De modo que el comercio, la industria y la construcción debe empezar a las 10:00 de la mañana y no a las 6:00, 7:00, u 8:00 porque a esta hora tenemos un pico de aglomeración, lo mismo al finalizar la jornada.

¿Las personas deben seguir movilizándose en el transporte público arriesgando su salud?

Si no tenemos que tener los mismos horarios de entrada, podemos cambiar la lógica de lo que es la estructura del transporte público, que tiene dos grandes picos, uno a primera hora de la mañana y uno al final de la tarde.

Si logramos que estos picos sean más bajos, espaciando las actividades laborales, y por supuesto, si tenemos que hacer de nuestra parte un cierto nivel de sacrificio al nivel de esperar buses que vengan un poco más vacíos, el riesgo será menor.

¿No fue apresurado volver al pico y placa en Bogotá?

Pensamos que no. Estas son decisiones que se meditan y se modelan durante una o dos semanas de acuerdo a las diferentes alternativas. Con el pico y placa lo que se pretende es disminuir el número de vehículos en la vía.

Al reducirlo agilizamos el transporte de los que quedan y entonces los tiempos de trayecto son menores. Las personas que en realidad, que por el pico y placa empiezan a utilizar el transporte público, son un número relativamente bajo.

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La mayoría de los ciudadanos que utilizan el Transmilenio no tienen un vehículo particular que les pueda servir como alternativa, no obstante, en el caso de los trabajadores de la salud hicimos una excepción, tratando de facilitar a este grupo poblacional las cosas.

¿Es posible que más adelante se vuelva a levantar la restricción del pico y placa?

Todas las medidas están dentro de nuestro arsenal, no hay ninguna que no lleguemos a considerar. Desde el punto de vista de movilidad le corresponde más al secretario Nicolás Estupiñán, el tomar este tipo de decisiones, nosotros lo acompañamos con las apreciaciones de carácter epidemiológico, pero si hay una medida que se tenga que reevaluar, se hace.

¿Les preocupa que el número de contagio aumente?

Sí. Son uno de los riesgos que corremos cuando abrimos las actividades económicas, por eso durante tantos meses no las tuvimos, porque teníamos incremento en el número de pacientes y porque nuestro sistema sanitario tenía unas limitaciones, que fue creciendo a lo largo de los meses.

Hoy, solamente para hablar de unidades de cuidado intensivo, Bogotá cuenta con alrededor de unas 2.200, cuando arrancamos en 900. Por esas preocupaciones fue que teníamos a las personas confinadas en casa y sus localidades.

¿Cuándo llegará el nuevo pico de contagios?

Dentro lo que ha sido el fenómeno ustedes pueden ver cómo vino subiendo el número de casos positivos hasta llegar a un pico, que estuvo más o menos a finales de julio y principios de agosto. A partir de ese momento seguimos bajando de manera consistente.

Todas nuestras modelaciones nos permiten suponer que vamos a llegar a un valle y a volver a crecer, qué tan alto sea este segundo pico, depende de las medidas que nosotros tomemos.

Por eso hicimos el lanzamiento de la estrategia DAR (detectar, aislar y reportar), lo que pretende es que en la nueva realidad los aislamientos no sean ni por barrio, localidad o ciudad, sino por hogar.

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Esperamos que aproximadamente en noviembre o diciembre, esto no es exacto, tendremos un segundo pico. La pregunta es qué tan alto será ese pico. Si hacemos nuestro proceso de detección, aislamiento voluntario y registro, podemos pasar por el segundo pico sin sobrepasar esa capacidad que ya de por sí, creció la ciudad para atender pacientes críticamente enfermos.