Suspensión de clases presenciales aumentó el riesgo de abandono escolar: Banco Mundial

El Banco Mundial advierte que la pérdida de la calidad en el aprendizaje y las difíciles condiciones de conectividad podrían desencadenar en un alto índice de deserción escolar. ¿Cómo enfrentan la reactivación gradual algunos países en el mundo?

Alrededor de 76.000 estudiantes en Colombia podrían no regresar a las aulas. En su más reciente informe sobre los impactos del covid-19 en la educación, el Banco Mundial evidencia que la suspensión de las clases presenciales ha dificultado y deteriorado la calidad en el aprendizaje y aumentado el riesgo de abandono escolar, especialmente en los estudiantes de hogares más vulnerables.

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Según Unicef, con el cierre de colegios y escuelas 1.200 millones de estudiantes en todo el mundo se vieron afectados por la pandemia. Hoy la reapertura gradual en muchos lugares del mundo supone un gran desafío que implica generación de confianza, coordinación y sinergia entre la comunidad educativa y padres de familia.

El reto del sector educación en la implementación de nuevas estructuras de aprendizaje a distancia, desafió la precariedad y desigualdades en materia de conectividad. Cuando llegó la pandemia sólo el 53 % de los hogares colombianos tenían acceso a internet, para muchas familias el alcance a dispositivos tecnológicos era y sigue siendo nulo o limitado socavando así las brechas educativas preexistentes.

“Estos niños que venían ya con rezagos educativos son los que peor conexión tienen, los que peores condiciones tienen para aprender en el hogar”, dijo Pedro Cerdán, gerente de proyectos de educación del Banco Mundial.

Las consecuencias de los cierres escolares van desde el impacto económico social y psicológico, hasta la pérdida de empleos. La reducción en los ingresos podría limitar la capacidad de los padres para mantener a sus hijos en el sistema educativo.

“El riesgo de abandono viene por varias razones, la primera es la perdida directa de aprendizaje, eso puede llevar a repitencia y un abandono a mediano plazo que es algo que estimamos en el estudio que hicimos recientemente, pero también por el impacto de la crisis económica”, añadió Cerdán.

Aunque existe riesgo de rebrote y la incertidumbre es evidente, alrededor de 62 países en el mundo le han apostado a la reapertura o al menos lo han intentado con estrategias y resultados muy diferentes.

Francia tuvo que volver a cerrar más del 80 % de sus aulas. Italia adoptó el regreso con el 50 % de presencialidad y el mismo porcentaje virtual.

Uruguay fue uno de los primeros países de américa latina en iniciar el retorno a clases presenciales. Perú intentó la presencialidad en sitios donde no hay conectividad ni contagios de covid-19, pero dieron marcha atrás y se mantienen en la virtualidad.

Brasil a pesar de ser uno de los países con mayor número de contagios ordenó la reapertura de escuela públicas y privadas. Costa rica anunció el no retorno a clases durante el 2020.

“El Ministerio de Educación de Costa Rica cesó el ciclo electivo presencial en todo el país. Costa Rica es un país que se encuentra desarrollando estrategias de intervención educativa muy encaminadas a la atención de la población más vulnerable”, dijo Melania Brenes, viceministra académica de Costa Rica.

El ministro de Educación de chile anunció el regreso de manera gradual, especialmente en los lugares donde la pandemia está controlada. “Desde el Ministerio de Educación de chile hemos diseñado un plan para reabrir las escuelas que se basa en tres pilares, la seguridad, la gradualidad y la voluntariedad.

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En Colombia, la ministra de Educación María Victoria Angulo advierte que el retorno es gradual y progresivo y dependerá del comportamiento de la pandemia.

“En Colombia hemos trabajado muy fuertemente en los lineamientos, protocolos y en hacer un trabajo en cada región acorde a la evolución de la pandemia, diagnóstico de las instituciones y claramente el consentimiento de los padres. Muy importante resaltar esta información pues son ellos quienes deciden y es clave tener la información de salud del niño y de su núcleo familiar”, dijo la ministra de Educación, María Victoria Angulo.

Por ahora nadie tiene la hoja de ruta que defina la pertinencia de volver a las aulas ante el inminente riesgo de rebrote donde será imposible advertir sus consecuencias.