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Fuego y lodo: la ruta de una semana trágica

En una semana de noviembre de 1985 cambió completamente la historia del país. Este es un viaje por la memoria tras la toma del Palacio de Justicia y la tragedia de Armero.


Noticias RCN

nov 06 de 2025
07:00 a. m.


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El holocausto del Palacio de Justicia y la tragedia de Armero sacudieron al país con apenas una semana de diferencia. Dos tragedias anunciadas que nadie atendió con antelación.

La justicia en llamas y el lodo borrando del mapa a una ciudad entera fueron parte de las primeras planas de Colombia a mitad de los 80.

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El Palacio de Justicia que hoy reúne el poder de las altas cortes colombianas fue inaugurado en 2004, cuando ya habían pasado 19 años de la sangrienta toma y retoma por parte del M19 y las fuerzas del Estado.

La Colombia del 85

La Colombia del 85 atravesaba por un periodo de agitación. El M19 era el grupo rebelde más importante en ese momento, que se tambaleaba entre buscar acuerdos con el Gobierno para lograr la paz y dar golpes para demostrar su poder.

Entretanto, el volcán Nevado del Ruiz daba señas de actividad. Olor a azufre, caída de ceniza y suaves sismos avisaban que la furia de este gigante estaba a punto de salir.

Algunos de quienes vivieron la tragedia aseguran que el gobierno central desestimó la amenaza. Otros insisten en que, hace 40 años, no estaba tan avanzado el estudio en este campo para atreverse a emitir una alerta frente al comportamiento del volcán.

Las tragedias estaban avisadas, pero ninguna de las dos se podía evitar. La situación de orden público en ese momento no era fácil, por lo que las autoridades desarrollaban operaciones en todo el territorio para combatir la criminalidad.

El M19 había dado muchos golpes políticos y militares, en su mayoría mediáticos. La toma de la Embajada Dominicana los había fortalecido y lograron sentarse en una mesa de paz con el Gobierno Nacional.

El presidente Belisario Betancur había intentado sentarse a negociar, pero el grupo alegaba que no les estaban cumpliendo las condiciones para el proceso.

Días antes de la toma, el M19 se tomó Florencia y varios municipios. Además, atentaron contra el comandante del Ejército y en el 83 habían perdido a su máximo comandante, Jaime Bateman.

El 18 de octubre, en los principales diarios del país, se divulgó la noticia de que habían sido capturados varios miembros del M19 con planos y documentos que anunciaban la toma del Palacio. Además, había información sobre supuestos planes de atentar contra el Congreso y la Casa de Nariño.

El objetivo del M19: hacer un juicio al presidente por, supuestamente, incumplir los acuerdos para avanzar en el proceso de paz.

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El miércoles 6 de noviembre de 1985, a una cuadra de la Casa de Nariño, se registró uno de los episodios más dolorosos de la historia nacional: el holocausto del Palacio de Justicia.

Hasta hoy, no se ha podido probar que la toma haya sido financiada por el cartel de Pablo Escobar, aunque había señales de cercanía entre el capo y el M19. Lo que sí es cierto, es que los magistrados de la Corte, en ese momento, resolvían la constitucionalidad del tratado de extradición firmado con Estados Unidos en el 79.

El día de la toma del Palacio, el magistrado Manuel Gaona había presentado su ponencia para que fuera aprobado el tratado de extradición. Días antes, Pablo Escobar le había enviado una amenaza.

Así inició la toma del Palacio de Justicia

La toma y retoma del Palacio duraron casi 29 horas, y lo poco quedó en pie tuvo que ser demolido. La nueva edificación nos recuerda la brutalidad de lo sucedido el 6 y 7 de noviembre de 1985.

Tiros, temor e incertidumbre. Todos sabían que la guerrilla se había tomado el Palacio de Justicia, mientras la Policía y el Ejército rodeaban el edificio. Al tiempo, el ministro de Minas recibía alertas sobre la ceniza y los sismos en el volcán Nevado del Ruiz.

La toma empezó sobre las 8:30 de la mañana, cuando un grupo de siete personas entró el comando de la señora Irma Franco. Después, a las 11:30, un camión ingresó por la carrera 8 con los otros guerrilleros que iban a participar en la toma.

Eran al menos 37 guerrilleros del M19 dentro del Palacio. El personal de seguridad del edificio fue el primero en caer. Después, los guerrilleros se tomaron piso por piso, amarraron y encerraron a los magistrados.

En la Plaza de Bolívar lo único que se escuchaba eran balas. Los soldados de la Guardia Presidencial, agentes secretos, policías y soldados, todos agolpados en la entrada del Palacio.

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El ambiente era de confusión y terror. Inteligencia y la Escuela de Caballería llegaron al sitio con tanques de guerra que se instalaron al rededor del Palacio a la espera de la orden de entrar.

Cuando los tanques ingresaron, la guerra no tenía reversa. Las puertas de Palacio cayeron y con ellas la esperanza de que las cosas terminaran sin una tragedia.

Los militares aseguran que lo que hicieron fue "rescatar personas", pero hoy, 40 años después, las versiones siguen siendo confusas y la verdad sobre lo ocurrido, una incógnita

El objetivo del M19 era el cuarto piso, en donde los magistrados discutían la ponencia de extradición de Gaona.

Sobre las 2 de la tarde, salió el primer grupo de rehenes. Hoy, 16 personas siguen desaparecidas, incluso algunas de las que salieron con vida de las instalaciones del Palacio.

La retoma del Palacio y un "golpe de Estado"

A través de transmisiones radiales, los rehenes de la toma empezaron a contar los horrores que se vivían adentro del edificio.

Fue a través de ese medio que se supo que el presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía, había llamado para pedir al presidente Betancur que diera la orden de cese al fuego inmediato.

Sin embargo, el jefe de Estado no pasó al teléfono. Ni los magistrados, ni los periodistas tenían respuesta. El presidente estuvo ausente de lo que pasaba, en su declaración posterior se evidenció que ni siquiera sabía sobre la entrada de los tanques al Palacio.

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Lo que se dice es que el control lo tenía completamente la Fuerza Pública y que el ministro de Defensa no quiso pasarle al teléfono al presidente. De hecho, se habla de un "golpe de Estado" el 7 de noviembre de 1985.

Los helicópteros llegaron al Palacio y los uniformados empezaron a descender de las aeronaves hasta caer al techo. Por tierra y aire, la Fuerza Pública intentaba retomar el control de la situación.

Sin embargo, la falta de planificación y coordinación de las distintas fuerzas, terminó de desatar la tragedia.

El entonces comandante de la Escuela de Caballería, coronel Luis Alfonso Plazas Vega, era quien estaba al frente de la operación. Aunque fue condenado en primera y segundo instancia, fue absuelto por un recurso de casación estudiado por la Corte Suprema.

La justicia en llamas

El edificio del Palacio de Justicia empezó a arder. Civiles que se ocultaban en la biblioteca fueron sacados por la Fuerza Pública y trasladados a la Casa del Florero.

Sobre el origen del incendio hay dos teorías. Plazas Vega asegura que fue el M19 el que inició la conflagración, mientras que las otras versiones apuntan a un error de los militares en el envío de un rocket.

En un principio, a los rescatados los tildaron de guerrilleros, los llevaron a la Casa del Florero y los separaron en grupos.

Los sobrevivientes cuentan que los militares les quitaron las cédulas y algunas versiones indican que una persona fue asesinada allí, en donde las fuerzas del Estado estaban acuarteladas.

La Brigada 13 tenía el control operativo del 'Plan Tricolor'. Eran sus fuerzas las que estaban en la Casa del Florero, con un cordón de seguridad que llevaba hasta ese punto a quienes salían del Palacio.

Allí, los militares tenían a sospechosos de la toma. A ellos los subían al segundo piso. Sin embargo, muchos de los que salieron vivos, no volvieron a sus hogares.

Una de las principales dudas que dejó este episodio tiene que ver con el fuego que durante la noche consumió el edificio. Entre la Casa del Florero y la Catedral Primada, los periodistas obtuvieron registros históricos que hoy son recuerdos dolorosos para un país que sigue padeciendo los estragos de la violencia.

Las investigaciones a lo largo de los años han demostrado que no era posible que el M19 iniciara el incendio. La causa del fuego habría sido el disparo del mortero ordenado por el Ejército que dio en el baño ubicado entre el tercero y cuarto piso.

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Lo que pasaba en el Palacio durante la noche del 6 y la madrugada del 7 de noviembre era una incógnita. La ministra de Comunicaciones, Noemí Sanín, mandó a transmitir un partido de fútbol y fueron interrumpidas las emisiones de los noticieros que intentaban mostrar la toma.

El partido entre Millonarios y Unión Magdalena se transmitió a nivel nacional, mientras el Palacio ardía y decenas de personas eran asesinadas y desaparecidas.

El 7 de noviembre el operativo aún no terminaba. El fuego seguía consumiendo la estructura, mientras en un baño seguían ocultos guerrilleros del M19 con un grupo de 60 rehenes.

Los magistrados fueron usados como escudos por parte de los guerrilleros. En un intento de negociación, el magistrado Tapias bajó por una de las escaleras, para pedir el ingreso de la Cruz Roja y el cese al fuego.

No obstante, un nuevo tanque ingresó al Palacio e iniciaron los disparos hacia los baños.

Todos los guerrilleros del M19 murieron, igual que la mayoría de magistrados y civiles presentes en el Palacio.

La orden de cese al fuego nunca llegó de parte del presidente. La retoma seguía al igual que las torturas a quienes los militares tildaban de guerrilleros en la Casa del Florero.

Más tarde se descubriría que más de 25 personas civiles fueron trasladadas a Unidades Militares. Muchos de los que salieron con vida del Palacio, aparecieron después muertos al interior del mismo.

El presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía fue asesinado al interior del Palacio, al igual que varios magistrados más.

Otros funcionarios y civiles salieron vivos y fueron asesinados por la institucionalidad. Tal fue el caso de Carlos Horacio Urán, un abogado que fue visto saliendo vivo del edificio junto a los militares y, más tarde, apareció con un tiro de gracia en el denominado "cuarto de los guerrilleros".

Las familias de las víctimas hoy, 40 años después, siguen esperando justicia y respuestas del Estado sobre lo sucedido. Muchos tuvieron que emprender una lucha de años para demostrar que sus seres queridos estaban allí cuando sucedio lan toma.

Al final, el holocausto del Palacio de Justicia fue el reflejo del M19 queriendo imponer su ideología, militares ofendidos por las acciones de los guerrilleros y el deseo de poner contra la pared al presidente.

El 6 y 7 de noviembre se convirtieron en uno de los episodios más duros de la historia nacional y en el inicio de una búsqueda incansable por los desaparecidos.

El 14 de noviembre de 2014 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por la desaparición forzada de 11 personas.

La toma y retoma del Palacio de Justicia dejaron más de 100 víctimas, entre las que se encuentran 11 magistrados. A la fecha, todavía hay 16 familias que no saben nada del paradero de sus seres queridos.

Una semana después, cuando el país sufría aún las secuelas de lo que pasó en Palacio, se confirmó la erupción del volcán Nevado del Ruiz.

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