VIDEO | Así viven los migrantes que llegan a La Guajira por crisis venezolana

Miles de venezolanos permanecen en los 40 asentamientos de Maicao, La Guajira. Noticias RCN llegó hasta uno de estos sitios, conocido como Villa Madre Laura.

Aquel sector cuenta con varias necesidades, tales como falta de electricidad, abastecimiento de agua y gas. Los recursos incluso llegan en burro o mediante transportes no convencionales.

La 'embajada': la casa donde algunos venezolanos llegan

La población llegó a este sector por ser zona fronteriza con su país. La crisis política que vive Venezuela trajo consigo un éxodo. En Maicao, una casa quedó bautizada como la embajada, debido a que ha acogido a los migrantes.

A pesar de las necesidades que hay, en ese hogar nunca se le cierra la puerta al venezolano y se le brinda comida. La casa es propiedad de la familia Inciarte, originaria de Venezuela.

Para recibir a los compatriotas temporalmente, la familia adecuó su hogar con cuatro habitaciones separadas por paredes de zinc y puertas de madera. Armenia Inciarte es la cabeza de la casa, por lo que está encargada del cuidado.

El asentamiento Villa María Laura está distribuido en cuatro calles. Sin embargo, cuando la lluvia llega, el agua arrasa entre los callejones hasta afectar a los migrantes.

El riesgo que corren los niños cuando van a la escuela

Son varias las casas donde el agua se entra por el techo o en los agujeros de las paredes. En consecuencia, esto termina dañando las colchonetas de las habitaciones.

Al lado de la embajada, concretamente dos ranchos más adelante, vive Laura Villalobos, ciudadana venezolana que paga $120.000 mensuales de arriendo. Para ella, este valor es una fortuna, teniendo en cuenta la precariedad de la casa, la cual no tiene más de 10 metros cuadrados.

Para conseguir alimento, la familia de Villalobos (su esposo e hijos) deben abastecerse de lo que se pueda conseguir en los lugares aledaños. El almuerzo de los cuatro consta de arroz, huevo y salchicha. Para la cena, varias veces no queda alimento.

Los niños también viven con necesidades. Han sido varios los que han llegado al asentamiento. A temprana hora de la mañana, salen en camiones hasta la escuela que queda en las rancherías.

Para no caerse, los menores tienen que sostenerse con cuerdas. Los recorridos son complicados debido a que los caminos son adversos. La ida a la escuela termina siendo una situación de riesgo.

Los docentes también van en los camiones, por lo que están encargados de su seguridad. No obstante, esta situación aumenta la posibilidad que la deserción escolar crezca.