Víctimas y victimarios del conflicto en Colombia dan su testimonio al papa

El papa conmovido escuchó atentamente cada uno de los testimonios y agradeció que hayan asistido a narrar sus historias de "sufrimiento y amargura, amor y perdón".

"Agradezco a estos hermanos nuestros que han querido compartir su testimonio, en nombre de tantos otros. ¡Cuánto bien nos hace escuchar sus historias! Estoy conmovido. Son historias de sufrimiento y amargura, pero también y, sobre todo, son historias de amor y perdón que nos hablan de vida y esperanza; de no dejar que el odio, la venganza o el dolor se apoderen de nuestro corazón", expresó el sumo pontífice.

-Pastora Mira García, católica, viuda y en varias ocasiones víctima de la violencia

“Doy gracias a Dios en nombre propio y en el de las miles de víctimas que se han sobrepuesto a tener la capacidad de nombrar lo innombrable y perdonar lo imperdonable”.

Cuando tenía seis años y, aunque ni guerrilla ni paramilitares habían llegado a  San Carlos, Antioquia, su padre fue asesinado.

“Años más tarde, pude cuidar al asesino quien en ese momento se encontraba enfermo, anciano y abandonado”.

Luego, cuando su hija tenía seis meses de nacida, su primer esposo fue asesinado.

“Entré a trabajar en las inspecciones de Policía, pero tuve que renunciar por la amenaza frecuente de la guerrilla y los paramilitares que ya se habían adjuntado en la zona”.

Fue víctima de extorsiones siendo duelas de una juguetería que montó con grandes esfuerzos. “Recurrí a regalar toda la mercancía”.

En 2001, los paramilitares desaparecieron a su hija Sandra Paola. “Emprendí su búsqueda, pero encontré el cadáver solo después de haberla llorado por siete años”.

“Todo este sufrimiento me ha hecho más sensible al dolor ajeno y, a partir del año 2004, vengo acompañando y trabajando con familias víctimas de la desaparición forzada y en condición de desplazamiento”.

 En 2005, el Bloque Héroes de Granada, de los paramilitares, asesinó a su hijo menor Jorge Aníbal.

“Tres días después de haberlo sepultado, atendí, herido, a un jovencito y lo puse a descansar en la misma cama que había pertenecido a Jorge Aníbal. Al salir de la casa, este joven vio sus fotos y reaccionó contándonos que él hacía parte de ese grupo y era uno de sus asesinos. Además nos narraba cómo lo habían torturado antes de darle muerte”.

Pidió que con Cristo y la plegaria del pontífice el dolor y sufrimiento “sea transformado en bendiciones y capacidad de perdón para romper el ciclo de violencia que en  las últimas 5 décadas ha sufrido Colombia”.

Luz Dary Landazury, víctima de la explosión de un artefacto en Tumaco

Al mediodía del 18 de octubre del 2012 entrando a la vereda Candelillas una explosión le causó gran daño a su tendón de Aquiles, múltiples fracturas en la tibia y el peroné, y algunas esquirlas afectaron todo el cuerpo.

“El dolor más grande fue escuchar el llanto de Luz Ariana que en ese momento tenía siete meses de nacida. Verla cubierta de sangre fue el dolor más intenso que he podido tener en mi vida”.

Su recuperación física tardó más de dos años. “Descubrí que no podía seguir viviendo llena de odio porque tan solo liberándome de ellos podría sentir paz en mi interior”.

Como en su comunidad el riesgo por accidentes con artefactos explosivos es alto, Luz Dary se formó en educación en el riesgo de minas para capacitar y llevar mensajes de prevención para salvar vidas.

“Hoy siento que soy una mejor persona, ayudo a mis hermanos. Mi mensaje es ayuda mutua reconocimiento el trabajo entre pares porque al recibir el acompañamiento y amor por otras personas he aprendido a hacer lo mismo”.

“El día que permitamos amarnos a nosotros mismos podremos amar al prójimo, ese día encontraremos paz y reconciliación en nuestros corazones”.

-Juan Carlos Murcia Perdomo, reclutado a los 16 años por las Farc

Durante su primer año en el grupo armado perdíió la mano izquierda manipulando explosivos.

"Al pasar el tiempo, me di cuenta de que estaba equivocado y tomé la decisión de reintegrarme a la vida civil inspirado por el deseo de comenzar un nuevo proyecto de vida junto con mi esposa y mis tres hijos (...) Siendo conocedor de lo absurdo de la guerra, me motivó la ilusión de ver a mis hijos crecer lejos de cualquier conflicto armado".

Desde su reintegración trabaja como gestor en una escuela deportiva que busca el desarrollo de un ambiente sano con el objetivo de prevenir el reclutamiento infantil y los actos delictivos a través de la práctica del deporte.

Luego de mi reintegración,  mi pasión por los temas comunitarios me lleva a identificar una de las principales problemáticas de mi región relacionada con la ausencia de oportunidades y ocupación del tiempo libre para niños niñas jóvenes y adolescentes.

"Hoy puedo decir con certeza: me he liberado de la mentira que se esconde detrás de la violencia y enfrentó la verdad de mi historia manteniendo una vida tranquila con mi familia (...) esta experiencia me ha demostrado que cuando se actúa en la verdad es posible recuperar la confianza en la sociedad y en uno mismo”.

-Deisy Sánchez Rey, reclutada por las AUC

A los 16 años fue reclutada por uno de sus hermanos para las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Luego de tres años fue capturada y tras dos en la cárcel fue absorbida nuevamente por la guerra hasta su desmovilización en 2006.

“He aceptado también que era justo que aportase a la sociedad, a la cual había hecho daño gravemente en el pasado”.

Desde que empezó su proceso de reintegración participa en procesos de desarrollo comunitario desde donde se crean iniciativas de paz. Es psicóloga  especialista en derechos humanos, apoya procesos con personas adultas en rehabilitación y prevención por consumo de sustancias psicoactivas, acompañar a jóvenes en prevención de reclutamiento en sus diferentes formas y población en condición de vulnerabilidad.

“Hoy más que nunca tengo la firme convicción que el daño causado por la violencia puede ser reparado con acciones de verdad”.

Vea los testimonios completos en video.

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