Así es como los niños del ‘Bronx’ de Medellín viven atrapados en la droga, la prostitución y la crudeza de la calle
Con cámaras escondidas Noticias RCN se internó en una de las ollas más peligrosas de Medellín conocida como el ‘Bronx’, un lugar donde decenas de niños, jóvenes y adultos se enfrentan al infierno de la droga.
En una investigación de inmersión, Noticias RCN conoció los puntos más críticos del consumo de droga en las calles de Medellín, el ‘Bronx’, unas calles en las que se encontraron historias dolorosas, aterradoras, donde se conoció desde los testimonios de quienes están internados en ese lugar cómo es vivir en el “infierno” como ellos mismos lo llaman.
Niños entre 10 y 15 años deambulan por las calles del ‘Bronx de Medellín’ en busca de distintas drogas para calmar el hambre, la sed y para olvidarse de la realidad, una vez allí terminan siendo esclavos del vicio y de la prostitución.
Consumo marihuana tusi, perico, pepas y Popper, desde los 13 (…) yo caí a la calle violada, cojo las pepas. Drogas, las drogas, todas las pepas, todo eso.
Esa es la cruel realidad de una niña que habita estas peligrosas calles de la capital antioqueña.
Los niños internados en la crudeza del ‘Bronx de Medellín’
Lo que hay en este lugar es una Medellín oculta, profunda, donde los niños y los menores de edad están caídos en droga, prostitución y vicio. Es las ollas más peligrosas de Medellín que está ubicada por debajo del Metro
“Es el equivalente al Bronx que existía en Bogotá”, confirmó Orlando Beltrán, director del Banquete del Bronx.
Esta zona está a pocas cuadras de la estación Prado del Metro, son más de 300 metros, pero puede compararse con el infierno en la tierra. Caminar por ese lugar causa todo tipo de sensaciones, los olores son insoportables, hay venta de drogas ante los ojos de todos y lo más triste es que en cada paso por el ‘Bronx de Mdellín’ hay niños desde los 10 años caminando esas calles en busca de droga, muchas veces después de haber vendido su cuerpo para poder conseguirla.
-John, ¿cuántos años tienes, desde hace cuánto tiempo estás en la calle?
“Ya cinco meses. Pegante, marihuana (…) me fui a la casa porque tenía muchos problemas
A otra niña, de tan solo 15 años el equipo de Noticias RCN le preguntó desde qué edad consume drogas:
A los 11 años marihuana, después perico, pepas. ‘¿Se prostituye?’ Sí, señora, me pagan 50.000, 60.000, hasta 100.000 pesos.
“Me siento mal porque no es bueno estar con alguien que uno no quiere estar, solo por el dinero (…) si estoy en mis cinco sentidos no sería capaz de estar con nadie”.
Los testimonios que esconden los menores que habitan en el ‘Bronx’
En el recorrido por las aterradoras calles del ‘Bronx de Medellín’ se encontró un grupo de jóvenes, quienes contaron su realidad, entre ellos hay dos menores de la comunidad LGBTI, son niñas trans.
Yo tengo 17, yo 12, 13 y 13. Yo consumo marihuana, tusi y perico, desde los 10 años.
Noticias RCN llegó a los puntos más escondidas de este cruel lugar con cámaras escondidas porque lo que pasa ahí pocas veces ha sido registrado en video.
“Medellín es la ciudad con más niños habitando calle, Medellín es la ciudad con más niños explotados sexualmente y algunos reciben dinero por esa explotación sexual pero una vez llegan a la calle reciben droga por sexo”, aseguró Orlando Beltrán, director del Banquete del Bronx.
Otro de los testimonios que confesó prostituirse y consumir todo tipo de drogas reveló cómo cayó en este bajo mundo, qué siente cada vez que vende su cuerpo o cuando fuma o se inyecta estupefacientes:
“Si quisiera salir de todo eso, pero no es fácil, de un día para otro no es fácil dejar las drogas, dejar una bolsa de pegante, eso es mi solución”, dijo.
Yo con esto, según en mi mente estoy olvidando cosas, pero no las olvido, es solo por un momento porque tengo todo en la mente, o sea trato de olvidar que violaron, trato de olvidar que a mi papá lo mataron, que a mi hermanito me lo degollaron, que mi mamita se me murió de cáncer, que estoy en una calle, que estoy estado presa y que he estado tengo un machetazo y que me he ganado mucho por estar acá en la calle.
“Hay días que se come, hay días que sale un parcerito y le dice venga y se come una empanadita, pero cuando no uno busca los ñeros y le pide droga, yo consumí bazuco cuatro meses acá en la ciudad de Medellín lo diario que se vive es porque está cayendo en el infierno”, contó otro de los jóvenes que habita en este lugar.
Esto es el infierno, el bajo mundo, para vivir acá hay que saber vivir porque si no sabes vivir la calle te consume.