Histórico equipo del fútbol colombiano amenaza con cambiar de ciudad para jugar
El equipo estudia trasladarse a otra ciudad del país.
Noticias RCN
09:44 p. m.
Como se ha conocido desde hace varios años, la incertidumbre que rodea el futuro del Atlético Huila alcanzó un punto crítico. La posibilidad de que el equipo abandone Neiva, su sede histórica, ha dejado de ser un rumor para convertirse en una alternativa formalmente estudiada por la dirigencia.
La gota que colmó la paciencia del club, propiedad de la Sociedad Farlay S.A., es la persistente inhabilitación del Estadio Guillermo Plazas Alcid, un escenario deportivo que simboliza el fracaso administrativo y que amenaza con extirpar una parte fundamental de la identidad huilense.
Según ha trascendido en medios, y como lo confirma el reciente informe, el Atlético Huila está analizando la opción de trasladar su localía al municipio de Yumbo, Valle del Cauca, a partir de la próxima temporada o tan pronto como las condiciones se vuelvan completamente insostenibles en Neiva.
La razón es simple y contundente: el fútbol profesional no puede sostenerse sin la afición y, actualmente, el Plazas Alcid no ofrece ninguna garantía para el ingreso de público, debido a las graves fallas estructurales detectadas.
Las razones del Huila para cambiar de sede
La Dimayor, basándose en los informes técnicos —incluidos los realizados por la Alcaldía de Neiva—, ha mantenido una restricción de aforo del 0% en el estadio, prohibiendo la entrada de hinchas. Esta decisión se fundamenta en el riesgo de colapso de las tribunas, una herencia de un proceso de remodelación que terminó paralizado y sumido en escándalos de corrupción hace varios años.
Para un equipo que compite en el Torneo BetPlay, la incapacidad de generar ingresos por taquilla representa un golpe financiero devastador. El club ha tenido que devolver el dinero de la boletería a los aficionados y ha visto mermada su principal fuente de sostenibilidad.
La directiva ha sido clara: el proyecto deportivo es inviable si se mantiene la restricción al público. Por ello, la búsqueda de un estadio alterno con las condiciones mínimas exigidas por la Dimayor se ha convertido en una prioridad absoluta.
La elección de Yumbo, un municipio con una infraestructura deportiva más modesta, pero potencialmente disponible, refleja la desesperación de la dirigencia por encontrar un "nido" estable. Aunque esta opción implica un distanciamiento geográfico y emocional de su base de hinchas, representa la única forma de volver a tener público en las tribunas y, por ende, de recuperar el flujo de caja necesario para su operación.
El traslado, de concretarse, reavivaría el doloroso debate sobre el destino del fútbol en regiones sin estadios modernos o con apoyo gubernamental insuficiente. Mientras tanto, en Neiva, la afición huilense observa con temor cómo la pasividad frente a la crisis del Plazas Alcid podría costarle la permanencia de su equipo de fútbol.