Catherine Ibargüen: la mujer del oro histórico

Catherine Ibargüen Mena, el orgullo de oro de Colombia, nació en la capital bananera de Colombia, Apartadó (Antioquia), pueblo de atletas que se han forjado con sacrificio, pescado y banano. La colombiana de ébano creció en un entorno austero pero alegre. Según ella, fue una pobreza feliz en la que no se pasó hambre y compartió junto a su familia. 

 Su crianza estuvo a cargo de Ayola Rivas, su abuela. Siendo la atleta aún muy joven, sus padres tuvieron que emigrar a otras ciudades por la difícil situación económica. 

Desde pequeña, Ibargüen empezó a desarrollar sus habilidades atléticas, y ella lo explica de forma jocosa: “hacía los mandados corriendo”. 

El entrenador de la campona mundial, Wílder Zapata, la descubrió cuando apenas tenía 12 años después de unos juegos intercolegiados en Medellín. Aunque no brilló en la carrera, el entrenador le vio ‘madera’ a esta antioqueña y la invitó a trasladarse a Medellín para entrenar en la Villa Deportiva Antonio Roldán Bentancour.

Con esta propuesta, la deportista vio opciones para crecer como persona y ayudar a su familia en Apartadó. Luego de discutirlo con sus padres y su abuela, Catherine se llenó de valentía y se trasladó a la ciudad de la eterna primavera.  Aunque para ella lo más difícil fue adaptarse a vivir en Medellín y estar lejos de su familia, guarda gratos recuerdos de aquellos años. 

Para ese entonces, sus entrenadores  vieron en Catherine grandes habilidades para el salto alto, y en esta categoría centró sus esfuerzos.

Al principio, asegura la deportista, le iba “más o menos” pero después fue cosechando los frutos del esfuerzo y la disciplina, tanto así que en 1999 ganó la medalla de bronce en el Campeonato Sudamericano de Atletismo, con tan solo 15 años. 

Al ver sus capacidades, la Liga de Atletismo de Medellín contrató a la cubana Regla Sandrino para que la entrenara personalmente. Con ella, mejoró su desempeño y empezó a proyectarse para ser atleta mundial, con lo que obtuvo su primera medalla dorada en los Juegos Bolivarianos de Ambato (Ecuador).

Su entrenamiento se concentró en las categorías de triple salto y salto de longitud para los campeonatos de categoría junior. Así, empezó a batir récords nacionales y a ganar en diferentes competencias, logrando la marca para competir en el Mundial de Atenas 2004. 

Su desempeñó, no obstante, no le permitió sobrepasar la primera etapa y volvió desmotivada al país. Se preparó entonces para participar en los Olímpicos de Beijing 2008, pero le faltaron algunos centímetros para clasificar. Fue un golpe duro para esta morena de 1.81 metros, y empezó a dudar si continuaba o no en el mundo del atletismo. 

Entonces, se dio la posibilidad de viajar a Puerto Rico y estudiar becada allí en una universidad. Fue una decisión apresurada, pero empacó maletas y se fue. 

Mientras estudiaba enfermería participaba en las competencias de la universidad, donde conoció a su actual entrenador: Ubaldo Duany. Al ver su talento, Duany le aseguró que podía lograr que su talento llegara hasta una final de un Mundial de Atletismo.

La esperanza volvió a su alma y con una sonrisa cerró el trato. Inmediatamente comenzaron los entrenamientos en el salto triple para alcanzar su nueva meta: Londres 2012. 

Su gran regreso fue en 2011 en el Gran Prix Internacional de Bogotá, donde logró igual la mejor marca del año de la cubana Yargelis Savigne con un registro de 14,99 metros. Ese mismo año ganó el bronce en  el Campeonato Mundial de Daegu. 

Desde entonces ha sido una deportista que no se ha bajado del podio. En los Juegos Panamericanos de Guadalajara logró la medalla de bronce en salto de longitud con marca de 6,63 m y la de oro en triple salto con nueva marca: 14,92 metros. En los Juegos Sudamericanos de ese año logró cinco medallas de oro, tres de plata, y cinco de bronce en los Juegos Sudamericanos.

Clasificó a Londres 2012 y una semana antes de su llegada a los Juegos logró su mejor marca en salto triple en la Liga de Diamante: 14.85 metros.

En los Olímpicos de Londres emocionó a Colombia cuando ganó por primera vez para el país una medalla de plata en atletismo, al alcanzar los 14.80 metros en triple salto. 

Su mayor logro lo alcanzó este jueves en los Juegos Mundiales de Atletismo Moscú 2013 al obtener la anhelada medalla de oro venciendo a sus más duras contendoras con un salto de 14.85 metros. Este es un logro nunca antes alcanzado por un colombiano en los Juegos Mundiales. 

Esta  antioqueña, a la que le gusta bailar salsa y que sueña con casarse y tener dos hijos, tiene metas claras para su futuro: los Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y ha dejado claro que su intención no es “hacer historia, sino abrir caminos”.