Con la cabeza rota y ensangrentado: así salió un hincha argentino del Maracaná
Un aficionado de la Selección Argentina salió gravemente herido por los enfrentamientos en el Maracaná.
Noticias RCN
08:40 p. m.
Arde el Maracaná. El clásico de las Américas entre Brasil y Argentina tenía muchos condimentos para que sacara chispas. Si de por sí la rivalidad entre las dos selecciones es bastante grande, el contexto que lo enmarcaba también predecía un desarrollo bastante vibrante, pero también peligroso.
Tanto Brasil como Argentina venían de perder en la última fecha de las eliminatorias, por lo que ganar en el clásico es una obligación. Las 'chicanas' de los argentinos recordando la final que ganaron en el Maracaná en la Copa América 2021, y también por ser los actuales campeones del mundo, calentaban los ánimos de los hinchas brasileños en Río de Janeiro.
No fue necesario que el balón empezara a rodar para que la bomba explotara. Antes de iniciar el partido, hinchas argentinos y brasileros empezaron a enfrentarse en las tribunas del Maracaná. Una bandera fue lo que desató los enfrentamientos verbales y físicos entre unos y otros.
En contexto: ¡'Ardió' el Maracaná! Hinchas de Brasil y Argentina protagonizaron peleas en las tribunas
La trifulca entre hinchas no fue tan grande a comparación a la que se armó con la policía. Los uniformados intervinieron, pero la agarraron contra el público argentino y se armó una gresca impresionante, que dejó a personas heridas de gravedad.
Hincha argentino salió en camilla con la cabeza desangrando
Los policías intervinieron en la tribuna reservada para los argentinos y los agredieron con bolillos y armas de aturdimiento. Una muestra de ello es que uno de los aficionados salió derramando sangre por un golpe durísimo en la cabeza. Tuvo que ser atendido por el personal de salud, y salió en camilla rumbo a la enfermería para ser tratado con especialidad.
Era tanta la violencia a la que eran sometidos los hinchas argentinos de parte de la policía, que los jugadores de la Selección Argentina tuvieron que acercarse a la tribuna para pedirles expresamente que pararan la arremetida amenazando con no presentarse a jugar el partido si no lo hacía.
Después de varios minutos, la calma volvió al Maracaná y el encuentro entre Argentina y Brasil pudo jugarse, pero el marco, como en la final de la Libertadores, quedó manchado con sangre.