De hacer vaca para unos guayos a llegar a la Selección Colombia: la historia de Kevin Mier
¿Por qué besa su instrumento de atajadas?, ¿por qué ama la gastronomía?, ¿por qué podría terminar jugando en Inglaterra? Su historia.
Katheryne Ávila
07:00 a. m.
Kevin Mier pinta para ser el futuro arquero de la Selección Colombia, cuando David Ospina —en la actualidad lesionado— no esté más. Oriundo de Barrancabermeja, el actual portero de Atlético Nacional inició en el club Oro Negro. Jugó desde los cinco años y llegó hasta la categoría máxima de esa institución. Hasta los 14 años estuvo allí. Luego participó en torneos nacionales.
Su madre, Miladis Mier, cuenta a NoticiasRCN.com la historia del guardameta que está observando el poderoso Tottenham de Inglaterra. “Kevin estuvo en Bucaramanga con la selección Santander, y allá lo vio por primera vez el profesor Milton Patiño, con Hernán Darío Herrera”.
“Un talento diferente”
Milton Patiño es entrenador de arqueros de Atlético Nacional. Como “un talento diferente” describe a Mier. “A Kevin lo conocí a finales del 2014 en un torneo en la ciudad de Bucaramanga. Él hacía parte de Oro Negro, que era un club invitado. Ahí nos llamó mucho la atención, la capacidad que tenía, él es un talento diferente”, contó.
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Patiño y Herrera vieron en Kevin precisión y simetría. “Manejaba los tiempos del juego, se veía muy seguro, parecía que tuviera más años de esa categoría, y cuando ya lo empezamos a evaluar, nos dimos cuenta de que competía siempre con categorías mayores, teniendo dos o tres años menos”.
Miladis Mier narra que luego de la actuación de su hijo en el torneo, los entrenadores la llamaron para proponerle que Kevin se fuera para Medellín. “Me decían que lo lleváramos, que lo dejara allá, pero me tocaba a mí aportar y económicamente en ese momento no estaba tan bien. Pero el profesor insistió, hasta que se dio la oportunidad”.
Desde ese momento, Milton Patiño acompañó el proceso de formación de Kevin en una casa hogar. “Siempre he estado con él desde que inició en Nacional. No ha sido fácil porque cuando llegó era un preadolescente. Fue complicado desvincularlo de su grupo familiar, que es muy unido”.
Sus primeros guayos profesionales se los regalaron sus tíos haciendo una ‘vaca’ para poder comprarlos. Kevin comenzó a consolidarse en Nacional, se adaptó a vivir sin su familia desde los 14 años y, aunque tuvo momentos difíciles, la disciplina que lo caracterizaba siempre lo hizo regresar al balón. Logró terminar sus estudios y se graduó como bachiller. “Afortunadamente, la adaptación fue rápida y empezó a mostrar sus condiciones y llamados frecuentes a Selección, donde lo impulsaron a que mejorara su rendimiento”, recalcó Patiño.
Como todo deportista, tuvo altibajos. En un diciembre, Mier salió de vacaciones, aun en divisiones menores, y para enero, cuando tenía que regresar, no llegó. Su entrenador narra que “la situación se puso muy densa porque teníamos muchas esperanzas en él, en lo que venía, pero después de varios días de ausencia logramos convencerlo de que esto era una buena oportunidad”.
“Un angelito que lo cuida desde el cielo”
Cada vez que termina un juego, Kevin le da un beso a su guante y mira al cielo. Es su forma de dedicar sus triunfos a una de sus mayores motivaciones. “Su primo tuvo un accidente a los 17 años y falleció”, explicó Miladis. “Eran muy unidos. Kevin desde ahí dijo que iba a luchar por sus sueños, por él. Siempre que termina un partido o le va muy bien, besa el guante y mira al cielo Es porque todo lo hace en honor a él. Además, en las manos tiene las iniciales de su primo tatuadas”.
Como futbolista, el entrenador de arqueros del equipo verdolaga describe a Mier como un portero muy tranquilo, con equilibrio, capacidad de controlar su factor emocional y carácter. “Está muy concentrado en la cancha y percibe muy bien los momentos del juego, como la intención del rival. Conoce a su equipo y sabe cómo liderarlo”.
Según su madre, en el deporte siempre fue muy entregado. Puntual para los entrenamientos, desde pequeño le gustaba mucho el fútbol. “Aquí en la casa no se veían novelas, solo fútbol. Y esa era la pelea de él con la hermana. Ese era el sueño que tenía. Él veía a sus amigos en la Selección y decía que quería ser como ellos. Y yo le decía: ‘Papi, tenga fe que algún día va a ser así’. Y vea”.
Atlético Nacional es el sueño hecho realidad del arquero que en mayo cumplirá 23 años. Y el Atanasio Girardot, el escenario donde sus atajadas han sido aplaudidas. “Él quiere llegar a los grandes equipos, pero ahora su sueño está enfocado en Nacional. Desde pequeño soñaba con estar en el Atanasio, así fuera viendo un partido. Y ahorita él sueña, tal vez, con irse a otro país”, dice su mamá.
Pero también quiere seguir estudiando. Le apasiona la gastronomía y quiere convertirse en un profesional de la alta cocina. Aunque el fútbol y la comida no coinciden, su familia afirma que lo apoya. “Le gusta la gastronomía, él cocina. Me llama y me dice: ‘¡Mami, me hice una pasta!’. Y cuando uno lo visita, siempre quiere hacer alguna cosa o la otra. Yo le digo que estudie otra cosa, pero él dice que le gusta la alta la cocina, y usted sabe que lo que los hijos quieran, uno tiene que apoyarlos”.
Ahora su mirada está puesta en potenciar su talento y poderlo exponer a un nivel más alto. Su entrenador lo ve en el futuro alcanzando un lugar a nivel internacional y, por supuesto, en la Selección Colombia. Para Patiño, “después de 15 años tenemos un canterano colombiano que puede representar bien el puesto. El último fue David Ospina”.
Su consagración en la final contra el Tolima
La seguridad en el arco siempre ha caracterizado a Mier. “Ese día él no estaba nervioso”, cuenta Patiño. “La noche anterior conversamos en el comedor con los cuatro porteros del equipo. Estuvimos hablando de lo que se hace, lo que se pretende. En la charla que tuvimos antes él siempre estuvo dispuesto a escuchar, fue muy convencido a la cancha y preparamos los penales, como sucedió en ese minuto en donde logra atajar”.
Su madre afirma que esa vez ella estaba convencida de que le iba a ir bien: “Kevin siempre me llama una hora antes de cada partido y así esté nervioso, no me lo explica porque sabe que yo no veo los partidos porque sufro, entonces me encierro en mi habitación a rezar”.
A su corta edad, Mier siempre ha mostrado madurez en la cancha. Ha jugado competencias nacionales, internacionales, dos mundiales juveniles y más de 30 partidos con selecciones Colombia. Y esas experiencias, según su entrenador, lo hacen “lo que él es hoy”. Un arquero con camino de Premier League.