El amor felino de los cataríes por el fútbol

Residentes locales miran el partido entre Portugal y Suiza, en una calle de Catar, junto a un gato. / Foto: NoticiasRCN.com

En Catar los gatos acompañan la pasión de los hinchas locales. ¿Por qué no se ven perros?


Sebastián Arenas ENVIADO ESPECIAL CATAR

dic 07 de 2022
09:28 a. m.

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Lo tienen claro. Esperan juiciosos y sentados en la puerta de los restaurantes. Los trabajadores de ellos les dejan buena comida, incluyendo concentrado, allí. Y ellos agradecen acariciándoles las piernas con su cuerpo, antes de comer. Después se van a andar por ahí.

En lo que he estado en Catar no he visto una sola pelea callejera de gatos. Tampoco perros. Para estos últimos sería insoportable la temperatura aquí. Para los felinos es un clima y un país agradable. Los cuidan. Hay organizaciones dedicadas a velar por su bienestar, aunque la mayoría vivan en las calles y pocos en las casas de los humanos.

Aquí, muchas personas piensan que encerrarlos sería quitarles su libertad y su naturaleza. También están convencidas de que hay que dejar que se reproduzcan, porque no les molesta para nada verlos por montones en las calles. Verlos les genera sonrisas y ternura. En Catar hay aproximadamente tres millones de gatos en las calles. Sí, casi la misma cantidad de habitantes.

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A ver fútbol

Después de comer y ser consentidos, los gatos no se separan de quienes los cuidan: unos hombres apasionados que acomodan televisores en el arenoso suelo catarí para ver fútbol, ese deporte que en cada evento reúne el amor de los miles de millones que no imaginan su existencia sin una pelota.

El felino parece seguirla a ella, a la protagonista, con sus ojos, al igual que los fanáticos. Cuando hay gol, se queda viendo anonadado los abrazos y la algarabía. No hay bebidas alcohólicas, ni puños, ni violencia. Solo una imagen icónica: un grupo de amigos, que acaba de hacer feliz a un hermoso animal, viendo junto a él un partido de balompié mientras la amistad se fortalece.

El compromiso termina, hablan un poco sobre el partido y el gato vuelve a consentirles las piernas a los futboleros, quienes recogen todo y dejan impecable el lugar para la siguiente cita. Esa en la que su amor felino por el fútbol volverá a hacerse evidente. Esa que se repite en millones de hogares en Catar, pues sus puertas, en horas de balón, casi siempre están abiertas.

Por: @SebasArenas10

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