Entender el mundo desde niños, gracias al fútbol

La pelota de fútbol es protagonista en esta novela del autor argentino. / Foto: Pixabay

Reseña de ‘El funcionamiento general del mundo’, novela de Eduardo Sacheri, en la que la pelota es protagonista.


Sebastián Arenas

jul 17 de 2022
08:49 p. m.



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Los recreos se nos hacían efímeros cuando estábamos en el colegio. Queríamos que fueran eternos. Que el timbre no sonara para tener que volver sudados a los pupitres a ver un tablero en el que era un milagro que apareciera una pelota. Ella era (es) nuestro amor y por eso queríamos sacarla de debajo de la silla y tirarla a la cancha para ser felices.

Ese sentimiento es el que transmite Eduardo Sacheri en El funcionamiento general del mundo. El escritor argentino ha hecho carrera haciendo de cosas cotidianas —y que a veces pensamos son comunes— elementos literarios que forman parte de atrapantes historias. En este caso, se mezclan el amor por el fútbol, por una profesora, por los hijos y por los amigos.

Portada del libro ‘El funcionamiento general del mundo’, de Eduardo Sacheri. / Foto: Alfaguara

El autor de La noche de Usina y Lo mucho que te amé ambienta esta novela futbolera en un barrio de Buenos Aires, donde Federico, un alumno de tercero de secundaria, se inscribe junto con su grupo de amigos en un torneo de fútbol que organizan los de quinto, los más grandes, con los que tendrá algunos encontrones.

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La narración es en tercera persona y varía entre la infancia y la adultez del protagonista, Federico, quien, siendo adulto, al enterarse de la muerte de la profesora Muzopappa, decide cambiar los planes de vacaciones con sus hijos Joel y Candela y conduce cientos de kilómetros con el objetivo de llegar a su funeral.

Mientras realizan esa travesía, Federico les cuenta a sus hijos sobre el Primer Torneo Inter divisional de Fútbol del Colegio Nacional Normal Superior Arturo Del Manso, en el que participó teniendo en el equipo a su primer amor, Eugenia, quien lo reemplazó en su amado puesto de arquero.

El escritor argentino Eduardo Sacheri, confeso amante del fútbol e hincha de Independiente de Avellaneda. / Foto: AFP

Federico les revela cómo la profesora Muzopappa, una sabia del fútbol, decidió dirigirlos, cómo fueron avanzando de rondas, los goles felices, los sufridos en contra, las prácticas en el campito cerca del colegio y la difícil relación con su mamá y su abuelo. Es decir, con la abuela y el bisabuelo de Joel y Candela, quienes, a su vez, viven su propia aventura con discusiones de hermanos en medio de un viaje que será eterno en sus memorias.

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Esta novela nos hace recordar los picados que jugábamos años atrás, a alguna profesora que quisimos mucho, a amigos con los que tirábamos paredes, al amor que nunca fue. Y nos hace desear tomar un carro y arrancar con seres amados a ver paisajes y a hablar de fútbol, actividad que, gracias al relato de Sacheri y a nuestras vivencias, nos hace entender el mundo.

“Lo que en la vida es demasiado confuso para entenderlo, en el fútbol es más sencillo”, le dijo la maestra a un Federico Benítez que, después de tomarse unos segundos para analizarlo, contestó: “Pensaba que sería lindo que la vida fuera más como el fútbol, ¿no le parece?”.

@SebasArenas10

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