Ferenc Puskas, el primer gran goleador
Este 17 de noviembre que se cumplen 18 años de la muerte del futbolista que inspiró este galardón.
Jairo Castillo
06:00 a. m.
Cada vez que vemos un gol que hace que nos emocionemos y nos levantemos del sofá, se nos viene a la mente la expresión “este gol es para el premio Puskas”, y hoy que se cumplen 18 años de la muerte del futbolista que inspiró este galardón, vale la pena recordarlo.
Ferenc Puskas nació en Hungría en 1927 y desde pequeño desarrollo cualidades con el balón. Su potente y preciso remate de pierna zurda sumado a su fuerza física lo llevaron a convertirse en el referente de la era dorada del fútbol húngaro.
El fútbol como propaganda política
En 1949 Hungría adoptó la ideología comunista por la influencia de la Unión Soviética, y uso al fútbol como herramienta política. Fue así como el Ministerio de Defensa se apoderó del Kispesti FC (el club en el que jugaba el joven Puskas) y lo renombró Honved Budapest en homenaje al ejército del país.
El equipo que vivía a la sombra del Ferencvárosi TC y el MTK Hungária FC, recibió una gran inversión que le permitió armar una nómina de lujo con Puskas como estandarte y así ganó cinco títulos locales en seis años.
“Los magiares mágicos”
Las buenas actuaciones de Puskas, que salió goleador en casi todas las temporadas, lo llevaron a liderar a la mejor camada de futbolistas en la historia de Hungría que se convirtió en una selección casi imbatible.
Junto a József Bozsik, Zoltán Czibor y Sándor Kocsis conformaron a “los magiares mágicos”, un equipo que fue el primero no británico en derrotar y golear a Inglaterra en Wembley, además Hungría ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952, y perdió de manera insólita la final del Mundial de Suiza en 1954 a manos de Alemania, en el partido que se conoce como “el milagro de Berna”.
La fuga del régimen soviético
1956 fue un año que cambió la historia del fútbol europeo y la de Puskas. En primer lugar, se llevó a cabo la primera edición de la Copa de Campeones (hoy conocida como Champions League), un evento en el que el Honved Budapest era candidato para quedarse con el título, pero la situación política en Hungría acabó con ese sueño.
Ese año el pueblo húngaro se reveló contra el gobierno comunista, lo que desencadenó la irá de Moscú que envió tanques a Budapest en una maniobra bélica que dejó al menos dos mil quinientos muertos.
Todo esto sucedía mientras el Honved Budapest se disponía a disputar su primera llave continental ante el Athletic Club de Bilbao. La ida se jugó en el estadio de San Mamés con una victoria de los españoles 3-2. La vuelta era imposible de jugar en Budapest por lo que se escogió a Bruselas como sede del encuentro en el que Puskas y su equipo poco pudo hacer para superar la fase y cayeron por 1-3.
Tras la derrota muchos de los jugadores del Honved Budapest decidieron no volver a su país por cuenta de la situación que afrontaba la ciudad dividida por el río Danubio.
El Hungaria, la única alternativa
Esta decisión generó que el gobierno húngaro presionara a la FIFA para que sancionara a los futbolistas, a los que se les prohibió firmar un contrato con cualquier club profesional por un período de 18 meses.
Para ganarse la vida Puskas y los futbolistas del Honved Budapest se unieron al Hungaria,, un equipo creado por futbolistas húngaros en el exilio, entre ellos Ladislao Kubala, que retaba a todos los clubes del mundo a partidos amistosos a cambio de dinero.
Llegada al Real Madrid
Pero el destino le tenía un nuevo episodio de éxito a Puskas, pues justamente en un partido del Hungaria ante el Real Madrid, el entonces presidente Santiago Bernabéu decidió ficharlo, y fue así como Puskas llegó al equipo ‘merengue’ con 31 años y 16 kilos de sobrepeso.
A pesar de que su condición física no era la mejor el delantero húngaro logró crear una sociedad que aterraba a las defensas rivales junto a Alfredo Di Stéfano.
En los ocho años que vistió la camiseta blanca, Puskas marcó 242 goles en 262 partidos, estadísticas que lo llevaron a ganarse el sobrenombre de “cañoncito pum” y a ganar cinco títulos de la Liga española, una Copa del Rey, tres Copas de Europa y una Copa Intercontinental.
Para el recuerdo quedó su gran partido en la final europea de 1960, en la cual el delantero húngaro marcó cuatro goles en la victoria 7-2 ante el Eintracht Fráncfort.
Retiro de las canchas
‘Cañoncito pum’ colgó los guayos en el verano de 1966 y comenzó su aventura como entrenador, labor que lo llevó a dirigir equipos en diferentes partes del mundo. Entre sus logros está el título de campeón en Paraguay en el banquillo de Sol de América y el subcampeonato de la Copa de Europa de 1971 con el Panathinaïkós griego.
Últimos años y muerte de Puskas
Ante la caída del bloque soviético a principios de los años noventa, Puskas pudo volver a su país y entrenó a su selección por un corto periodo de tiempo sin conseguir mayores logros. El 17 de diciembre de 2006 falleció por una neumonía que se agravó por un avanzado Alzheimer que padecía.
En honor al delantero que fue considerado como el máximo goleador del siglo XX por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol que le contabilizó 512 goles en 518 partidos jugados, el estadio de Budapest lleva su nombre, al igual que una calle de Madrid y un equipo de fútbol húngaro, el Puskás Akadémia FC.