"Llevaba pan duro a mi casa porque éramos pobres": la historia de superación de Eduardo Luis
El relator del fútbol colombiano Eduardo Luis contó que durante su niñez trabajaba haciendo domicilios a cambio de comida.
Sergio García
07:55 a. m.
Si hablamos de fútbol colombiano en la última década, el nombre de Eduardo Luis López seguramente será mencionado por miles de aficionados al tratarse de uno de los relatores de la Liga más reconocidos, más criticado y más aplaudido en el país.
Su frase icónica de “¡Pidan domicilio!” se escucha en las principales pantallas del fútbol colombiano desde hace casi una década y fiel a su estilo ha triunfado en la televisión del país. Ese estilo por el que también se ha ganado miles de críticas, pero eso no es un problema para él, pues aunque aceptó que sí hay noches que se siente muy mal por los insultos que le dicen en redes sociales, también señaló que siempre le ha gustado figurar y lo importante es que sigan hablando de él.
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En entrevista con Sin Libreto de NoticiasRCN.com, Eduardo Luis narró cómo ha sido el proceso para irse convirtiendo en uno de los relatores del fútbol colombino más importantes y reconocidos por los hinchas.
Más allá del éxito que hoy en día puede tener, pues además de encargarse de algunos partidos grandes del FPC, también relata a la Selección en las transmisiones de Win Sports y conduce un programa en la franja de la tarde; Eduardo no la tuvo fácil para llegar a donde está actualmente.
Cada vez que puede les recuerda a los hinchas del FPC y se muestra orgulloso de haber crecido en el barrio Manrique de Medellín, uno de los sectores más violentos de la ciudad durante los años 80s y el cual le dejó muchas enseñanzas que hoy le permiten poner los pies en la tierra cuando posiblemente se “agranda” ante la fama.
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Niñez de Eduardo Luis López
“Mi mamá tenía un negocito en el barrio de empanadas, tamales y tortas. Cuando la vuelta estaba muy caliente los muchachos le decían que no lo sacara. Ella siempre les pedía el favor de no dejarme entrar a ese mundo. Entonces cuando yo iba para la esquina me ‘abrían del parche’”.
“Cuando yo era niño ya mostraba qué era lo que quería ser porque toda la vida me gustó figurar. Yo hacía los mandados de toda la cuadra de mi casa y me pagaban con comida porque nosotros éramos muy pobres. En la panadería siempre había pancitos que habían sobrado con algo de moho o duros y los llevaba para la casa y con eso comíamos”, narró.